La Secta Del Perro

LA SECTA DEL PERRO​

Yo provengo de los Ríos y de las Aguas.​

A ellas, pertenecen por entero,
el rumor más profundo de mi sangre
y las oquedades todas de mi piel.
De ellas, la lujuria creadora
y esta dulce añoranza inventada.

Soy devoto de la diminuta luz invertida
que refleja los prodigios más cercanos,
de la tenue brisa acariciadora
que acuna la fronda,
del fluente oleaje de aromas
exhalado por las primaveras
y de los sonidos todos de la Tierra.

Desde esta extraña devoción cotidiana
imagino los trasuntos del Alma,
desde ella intuyo, algo parecido a la Verdad.

Yo pertenezco a la Secta del Perro,
a esa que rehuye
de ciertas asignadas cadenas.
A esa que no cree
en las convenciones sociales
ni en el Progreso.

Yo solo creo que todo es humano
y que todo es extraño, al mismo tiempo.
y que el tiempo es una flor
mecida en el aire
o un aleteo lento que se agita
a las afueras de un hombre.

Nazco, vuelvo a ser un niño
y todo sentido es ya un pormenor.
Una urdimbre de hojas
me salva de los adoquines.

Me basta, la frescura del claro
donde la sombra es verde.
Solo persigo
huellas templadas
hacia el corazón.

Nazco en temblor de espiga
y sueño mis cabellos como algas.
Porque yo pertenezco
a los Ríos y a las Aguas.​

 

Hola Jorge, me trajo hasta aquí la curiosidad después de un comentario tuyo en uno de mis poemas... Me encantó tu texto, encontré cosas mías en él, adoquines? yo uso aceras pero, al fin y al cabo, es lo mismo... Urbanita y desencantado como yo... Un saludo.

 

Agradezco tu visita y tus comentarios. Efectivamente: urbanita desencantado, pero conmovido por el enigma de la Vida.
Un saludo.