Horizonte

HORIZONTE​

Inmenso horizonte, marco efémiro,
Silencioso testigo del mar que yo vivo
Del terruño adorado, siempre mimado,
Y por sus hijos agradecidos servido.

Brinda a mi oído el susurrar del tiempo
El calor a mi piel que trae el sol eterno,
Y la luz que ilumina el gran reflejo
Que dan mis montañas al caer del cielo.

Rompe el silencio con tus olas viajeras
Que desde tierras lejanas han venido,
Deslizadas por vientos de tormeta iracunda,
Trayendo con sigo misterios perdidos.

Lleva a mis labios el sabor de mi tierra,
El salitre a mis ojos, y a mi naríz olor a cosecha.
Deja que sienta en mi cuerpo como la caña quema,
antes que el dulce melao en mis manos tenga.

Enseñame el camino que condunce al gran río,
Que empezó su camino muy alto en la sierra,
Entre frías quebradas y broncos riachuelos,
Cruzando vegas de pangola y yerba buena.

Dejáme flotar en tu bahía, ancha como el mar,
Pero del enemigo siempre protegida.
Deja que mi risa retumbre en sus preciosos rincones,
Y que mi alma descanse en sus brillantes colores.​

 

Gracias por su consideración