Tercera Observación (Más allá del velo...)

Abierta en el cielo
La ventana
De nubes rojas y color lava.

Paisaje volcánico
En un atardecer químico
Con nubes que no existen
Y nulas responsabilidades

Y pasé en un principio...
De largo, y en corto, me fijo...
Y quedo extasiado.

Sobre lo urbano y lo mundano.
En el cielo de trazado químico.
Revelaba un paisaje volcánico.

Paisaje de extensión reducida.
Negro sobre rojo y gravedad rota.
Las mejores palabras elegidas.

Sin embargo, en un minuto...

Se abrió una ventana dorada...
Al otro lado , la alta montaña.
Más allá del velo...
El otro mundo...
Aguarda.

Extasiado, me detengo y trato de adoptar otro punto de vista.
No importa, la ventana está abierta.
No importa, ni la vista, ni la zona.
Está conectada a la mirada.
Y es muy hermosa...

La gente a mi lado pasa extrañada.
Otro mundo se abre ahí arriba...
Como es posible que no vean nada?
Están ciegos? O no ven la montaña?

Ahora, un lago se dibuja tras ella.
El sol golpea lo que parece ser un cañón de piedra caliza.
Y no ven nada... No ven nada...

Ahora, la ventana emite luz propia...
Luz dorada.

Y todos lo que a mi lado pasan...
No ven nada, no ven nada.
A pesar de que el lago se completa.
Con una suave curva.
Y la montaña es cordillera nevada.

Pero nadie mira al cielo...
Y en el atardecer, cuando se parte el velo...
Se abre la ventana a otro mundo...

Una ventana que se cierra...
y una duda que nace dentro.
Era solo mi mente soñadora?
O es que pude ver un par de cuervos?

 

Bienvenido al portal, poeta.

Es muy interesante tu poema, lo envuelve un misticismo casi existencial en conjunto con grandes alegorías.


Un pequeño detalle que puede hacer lucir aún más tu obra.

Siempre los signos tanto de admiración como exclamación son uno de apertura y otro de cierre (¡!/¿?).

Un abrazo grande.

 

El velo es a veces muy delgado, sobretodo en la última noche de octubre...

Gracias por compartirlo, saludos desde México.

 

un poema interesante, hay imágenes que se unen con gran misterio, grato leerle y bienvenido

 

Gracias por sus opiniones.

 

Siempre tenemos que mirar el cielo, sin importar que nos duela el cuello, siempre debemos mirar para arriba. Me gusta cuando el surrealismo quiere saber a realismo.

Un placer pasar.

 

Nos hacemos ciegos a lo cotidiano,
aunque encierre cosas extraordinarias
Un gusto pasar por sus cielos cenicientos
Saludos.​