¡De vuelta a casa!

Cuenta cuantos cuentos se contaron en esta concurrida calle,

Teniéndose en cuenta cada vida y cada mal pasar,

En sus hombros trajeron tragedia, durante tantas tardes

Quizás, nunca miraron ambos lados antes de cruzar.

Su frustrar la sociedad en nombre de la humanidad

Tronar, soñar, subir y bajar, rimar sin dudar

Sin miedo a molestar,

Si no te gusta lo que lees podrías continuar tu caminar


Acá, cansado de andar de deambular por la ciudad

Podría atestiguar en favor de Satanás

Que miedo me dan los buenos con sus actos de bondad,

Que triste resulta ser esta manera de sincerar,

La velocidad de la agilidad proporcional

Y la duda exacta en la que suelo estar,

Han tratado de masticar cada anhelo y cada más allá

Pero si me midiese entre las reglas no lo podría soportar.


No pienses en esta calle como el hielo de la tempestad,

El sol la a golpeado y el viento la hace sollozar

Yo soy palabra en la muralla sinónimo de lenguaje delictual

Solo entre estos parajes mi verso se podría cobijar

Prosa insurrecta de dudosa procedencia busca trascendencia

Y en sus pechos de esperpento encuentra serenidad

Incomodar el mirar de los demás

Sin cuestionar capacidad en el ámbito social


Ocultarse, fingir, actuar, despilfarrar

Aparentar, colaborar, negar y tratar de trabajar

Con tanta distracción es difícil que te puedas encontrar

Mirarte de frente y susurrarlo al despertar

Trago amargo de veracidad te traigo

Tinte tránsfugo de tronco largo

Transitado de hormigueo falso

Amalgama de ideas que aun no palpo




De vuelta a casa, cansado y cabizbajo.

Alza tu mentón, dijo un día mi madre,

Limpiando mi frente y secando mi sangre

No te inclines ante nada que pueda amedrentarte

Sus palabras en mis venas y su cariño inigualable

Hacen que a veces quiera sentirme, como un ser incansable

Vividor de sueños, perseguidor de inmortalidades

Justiciero de la letra, destructor de desigualdades.