Gota de sal

Todo el año hace frío en Buenos Aires
no se bebe café

se extinguió el amor
(quedan los hoyos en las paredes)
se extinguió la memoria

del cielo llueven agujas en esta ciudad,
el piso es de goma agrietada,
las calles refractan la angustia
que hace descomponer nuestros pies

hay soledad en las voces,
en la ignorancia,
en los abrazos

todos los días tomamos el tren,
nos hace llorar ese monótono vaivén

las noches llegan inmediatas entre nuestras renuncias
las fachadas nos golpean el rostro
con el paso del tiempo

cada vez más chicos han elegido
contener sus lágrimas en las calles
desfilan los miserables,
los misericordiosos,
los que dejaron de existir

mientras me quedo en silencio
(¿de qué otra forma?)
dentro de esta diminuta gota salada
hasta que un hombre,
al verme rodar por su áspera mejilla
me haga desaparecer con su lengua.

 

Muy bueno este poema, Paula. No conozco Buenos Aires(naturalmente me gustaría)pero como en toda gran ciudad la desesperanza es más palpable que en otras partes. Enhorabuena y un saludo.

 

Gracias Ramiro por esta nueva visita a mis letras...
y sí... gran ciudad, gran desesperanza... aunque claro... siempre quien está aquí busca los brillos, las luces que aparecen entre las sombras...

saludos

 

Creo que no te había leído nunca... este poema me ha encantado... fondo y forma... además, de que, si conocerla, Buenos Aires es una ciudad que amo... Un saludo.

 

palabras que describen en fondo y forma una ciudad hermosa, pero con claroscuros...

 

No tengo la fortuna de conocer Buenos Aires, pero me has dejado una nostalgia de ella increíble, si digo te felicidades de nuevo, estaré agotando esa palabra?


Todo el año hace frío en Buenos Aires
no se bebe café

se extinguió el amor
(quedan los hoyos en las paredes)
se extinguió la memoria

del cielo llueven agujas en esta ciudad,
el piso es de goma agrietada,
las calles refractan la angustia
que hace descomponer nuestros pies

hay soledad en las voces,
en la ignorancia,
en los abrazos

todos los días tomamos el tren,
nos hace llorar ese monótono vaivén

las noches llegan inmediatas entre nuestras renuncias
las fachadas nos golpean el rostro
con el paso del tiempo

cada vez más chicos han elegido
contener sus lágrimas en las calles
desfilan los miserables,
los misericordiosos,
los que dejaron de existir

mientras me quedo en silencio
(¿de qué otra forma?)
dentro de esta diminuta gota salada
hasta que un hombre,
al verme rodar por su áspera mejilla
me haga desaparecer con su lengua.[/QUOTE]

 

Francisco!
Gracias por tus visitas... gracias por desempolvar este viejo poema!

y gracias por la felicidad, destilada en tus palabras.

un beso!

 

Julia... acá reapareció este viejo poema y con él tu mensaje... que se me había escapado.

Gracias por esta visita lejana...

un beso!

 

Este es otro mensaje que se me traspapeló!!! ups!
Gracias por haber pasado... allá lejos...

un beso!