El cambio.

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Hacía años que vivía instalada en su zona de confort, repetía los mismos gestos desde que se levantaba de la cama, el mismo camino para ir al trabajo, la misma rutina los fines de semana.
Harta de monotonía un día se lanzó a la aventura y, aunque la mano le temblaba, introdujo en el carro de la compra un dentífrico de una marca que jamás antes había usado.
Aquella decisión le produjo tal estado de ansiedad que antes de pasar por caja tuvo que devolverlo a su estantería.

 

Roza la paranoia pero no está lejos de una caricatura probable.
Excelente micro. Felicidades!

Palmira

 

Eso es exactamente lo que quería retratar.
Gracias.
Un abrazo.

 

Es que a veces cambiar de marca es una difícil decisión...
Gracias por seguir ahí.
Un abrazo fuerte.

 

Hay muchas personas que se apegan quizás a las enseñanzas que tuvieron de niños y el cambio les produce pavor, tal cual usted lo retrata en su magnífica escritura. Un placer pasar por su profunda prosa, reciba mi más cordial saludo.

 

Es usted tan amable conmigo en sus comentarios que hasta me ruborizo. Creo que no merezco tales elogios.
Muy agradecida por sus palabras.
Saludos muy cordiales.

 

Pues no sé que decirte, jaja, reírme. Muy bien escrito, te sitúas.
Saludos, Juan.

 

Caramba... si me has dejado en estado de ansiedad. La imagino saliendo aturdida del centro comercial.
Me ha encantado, un abrazo.
Javier

 

Y quizás al llegar a casa se sienta tan mal que regresara a la tienda y compre la que había dejado pues se sitio mad de no haberse dado el gusto. Interesante relato y bien redactado. Saludos y Bendiciones.

 

Uff! Un tanto inquietante. Ahora voy a tener que plantearme unas cuantas cosas cuando vaya a comprar, no sea que tenga alguna patología como esta, jejeje.
Un saludo.

 

Pues si te ríes, genial. Algo bueno he conseguido.
Dar de reír al seriento, debe ser una obra de caridad.
Buenas noches.

 

Y tanto, te lo dice una insegura como la copa de un pino. Que no quiere decir que las copas de los pinos sean inseguras...
Pues eso, que las paranoias deben ser malas. (Yo no tengo, pero me lo han contado)
Gracias por pasar por aquí.
Abrazos.

 

Pues todo podría suceder. Ni se sabe.
Un saludo con mi agradecimiento.

 

Una cosa es comprar las marcas por las que tengamos preferencia y otra el ahogarse en un vaso de agua. Yo soy de las segundas, claro, jejeje.
Gracias por pasar.
Besitos.

 

¡¡Fantástica manera de describir una patología !!Muy buena micro Eratalia.
Un placer leerte
Saludos y buen día

 

Y a veces hay personas que, sin llegar a ese estado, son incapaces de abandonar una misma rutina, por más tediosa que sea. Un placer leerle. Saludos.

 

Muchísimas gracias, Valen, por ese comentario tan generoso de tu parte.
Un besazo.

 

Sí, es patológico.
Gracias por pasar a leer.
Un saludo cordial.

 

Gracias Luzyabsenta por pasar a leer mi microrrelato y dejarme tu interesante visión delmismo.
Un saludo muy cordial.

 

Ah la monotonía, tan seductora siempre, evitándote los trajines de la indecisión... No en serio esa chica esta fatal
Muy buen micro. Saludos.

 

Pero fatal, fatal... Que me lo digan a mí; yo no llego a tanto, eh, pero es como una caricatura de la indecisión llevada a su punto más alto.
Muchas gracias por dejarme un comentario.
Saludos cordiales.

 

¡Ay, cuánto cuesta salir de la monotonía! La cobardía puede condenarnos al aburrimiento.

Gracioso relato. Te felicito.

Salud, ventura y valor.

 

Wow... que engaño sufrí: venía con el final armado, mientras leía decía: ya sé como termina. Pero no, que buena capacidad de armar el micro, me re gustó!!!

 

¿Y cuál era el final que pensaste?
Me encantaría saberlo.
Gracias por dejarme tu comentario tan amable.

 

Pues sí, pero también confiere una especie de seguridad que te da el permanecer dentro de tu esfera de confort, donde todo es previsible, y eso tranquiliza a las almas poco aventureras.
Gracias por pasarte.
Abrazos.

 

pensé si iba por ahí, lejos de todo. pero no tuvo coraje, veo. pero ahí está, uno a veces deja cosas en a góndola, por economía, pero la economía no le interesa uno. : /

 

Pues me alegro de haber sido capaz de sorprenderte.
Gracias por tu lectura, Emp.
UN saludo cordial.