Mi querido ocho de Marzo

Déjame olvidar porque no quiero sufrir, ni tampoco saber más
no pretendas rescatarme que aquí en el fondo, se esta bien
para poder dejarme tener, por un mar que hoy rompe bravo
en esta oscura tarde de mi querido ocho de Marzo.

El silencio lo envuelve todo en una calma sosegada
inundando cada terminación nerviosa de mi húmedo ser
añadiendo la sal que me faltaba en este tiempo de sin sabores
nadando contra corriente hasta volver a nacer.

Y poder encontrar el sexto sentido que tanto me ha sido negado
ganado en cien batallas y perdido en cien botellas a la deriva
que no llevaron jamás ningún mensaje, pero que llegaron
para romperse contra las rocas de tu orilla.

Me oxigeno en la abundancia donde nunca nadie había estado
a salvo de mi único y mas temido depredador
que tiempo atrás, tampoco me parecía tan malo
hasta que intento llevarse de un bocado mi corazón.

¿Refugio o prisión? creo que las dos cosas
es la tentación de caminar por el filo del abismo
lo que me tiene preocupado ahora mismo
y el no poder reflexionar, porque me desbordas.

Entre los restos del naufragio, encontré algunas pertenencias
mi carácter de marinero cojo, junto al esqueleto del capitán
la brújula que siempre marca el norte, sin saber la dirección
y la ultima botella de ron, sin acabar.

 

buenas letras un placer leerte....

 

Gracias, se llevan siempre un trozo de mi alma, la que nunca naufraga....

Un saludo desde Barcelona.

Puto Danielo