Llantos de perro

Llantos de perro
(barruntos de muerte)

Oigo aullidos que son desgarradores,
que me dan sensación de escalofrío,
se desatan de noche mis temores,
tornando el duermevela en desvarío.

Entre las frondas de los altos cerros,
canes que están perdidos, sin collar,
hacen oir su llanto, tristes perros
que expanden sus lamentos sin cesar.

La lastimera queja de esos canes
asilvestrados, barruntando muerte,
son presagios que hacen que despierte
buscando protección en talismanes.

¿Acaso ese alarido es el que llama
desde las lomas a la oscura dama?​

 

Lo cierto, Marcos , es que este poema fue hecho mientras sucedía el hecho que describo: era la pasada luna llena de Febrero y escuchaba desde casa en horas de la noche cómo aullaban unos perros en una loma cercana. La referencia popular que desde pequeño tengo de esos aullidos es que son mal barrunto, que anuncian la llegada de la muerte. Naturalmente yo a estas alturas de mi vida no creo ya en esas cosas pero quise hacer un soneto que reflejara esa creencia, y esa sensación desagradable que se produce al oir el llanto de los perros.

En cuanto a que hice el doneto con dos serventesios y un cuarteto con rimas diferentes , más el pareado final, te diré que, aunque no me importaría hacerlo como variante novedosa del soneto inglés (sabes que me gustas las innovaciones) resulta que el soneto inglés que ponen en wikipedia como ejemplo del soneto inglés es el siguiente que te transcribo de José Luis Borges hecho en alejandrinos y titulado "El vino":

SONETO DEL VINO (Jorge Luis Borges)

¿En qué reino, en qué siglo, bajo qué silenciosa
conjunción de los astros, en qué secreto día
que el mármol no ha salvado, surgió la valerosa
y singular idea de inventar la alegría?

Con otoños de oro la inventaron. El vino
fluye rojo a lo largo de las generaciones
como el río del tiempo y en el arduo camino
nos prodiga su música, su fuego y sus leones.

En la noche del júbilo o en la jornada adversa
exalta la alegría o mitiga el espanto
y el ditirambo nuevo que este día le canto
otrora lo cantaron el árabe y el persa.

Vino, enséñame el arte de ver mi propia historia
como si ésta ya fuera ceniza en la memoria.
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Y al pié hay una nota que dice :

En este Soneto encontramos, aun así, una modificación del soneto inglés (ABAB, CDCD, EFEF, GG) pues su estructura es ABAB, CDCD, EFFE, GG y si se mira la estrofa número tres se puede notar que su estructura es EFFE y no EFEF como se acostumbra en el soneto inglés.
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Ya ves que mi "novedad" me la había "robado" Borges unos cuantos años más atrás aunque la mía es en endecasílabos y la suya en alejandrinos.

Gracias de veras por tu visita, y mirada analítica, amigo.

Te mando un abrazo.

 

Hola jmacgar: Yo no te puedo hablar de técnica, pero tus versos dejan sensaciones lúgubres a la vez que bellas, como los perros
que te inspiraron. Un placer. Amadeo.

 

Bien logrado, estimado JMacgar, en tu soneto el clima de lastimera y ominosa agorería
que producen estos perros aulladores, que acá en la Argentina son muy comunes,
yo creo que sucede más cuando los perros están muchos juntos
y son atavismos de cuando eran jaurías de lobos y lloraban a la luz de la luna,
eso refuerza los vínculos de grupo y los predispone a sus correrías juntos;
un saludo cordial,
Eduardo

 

De muy joven tuve un oerro y tal fueron nuestros lazos que aprendí a interpretar sus alaiidos, quizá hayas acetado con la intención de los perros de tu soneto.
<me ha gustado, Juan, siempre admiro tu talento y destreza, te dejo mis sinceros aplausos.

<un abrazo

gonzalo

 

Es cierto eso que dices, Eduardo. Por donde vivo hay varios aficionados a la caza que tienen perros y basta que uno de ellos se ponga a aullar para que otros, en lugares diferentes y llevados por ese atavismo que citas, se pongan a responderle con aullidos también.

No sé si por tierras argentinas existe también esa opinión popular sobre que esos llantos son un mal augurio; recuerdo que desde pequeño oía decir : ¡escucha cómo aullan los perros, eso es que alguien se va a morir!

Gracias por el comentario que me dejas.

Un cordial saludo.

 

Excelente soneto Juan Ramón, me llama mucho la atención su contenido hermano, es un tema muy bonito y muy bien trabajado
como siempre amigo, nos acostumbras a la buena poesía que lleva implícita una enseñanza.
Felicitaciones amigo
MANUEL

 

tus poesías excepcionales como siempre;sobre los "aullidos",yo que he tenido hasta 14 perros, si hay un aullido también los demás y los de otros chalets responden y he querido comprender el significado, me pareció un...lamento con llamada, y respecto a los lobos, también lamento, creo que es esto , un beso marga

 

Pues quizás ese "alarido" sea eso, una forma de llamarle en el silencio de la noche. Bello poema como todo lo que escribes. Grato leerte. Saludos y Bendiciines.

 

Excelente poema. El escuchar esos ladridos es realmente triste, algunas veces.
Saludos.

 

Presagios de alevosía y ensañamiento; nada como la prevención. Los perros son muy buenos detectando los sentimientos de los humanos, sin embargo, en una jauría sólo basta con que aulle un alfa para que el resto le siga con ese quejido escalofriante.

Un placer leerte

Andi

 

Gracias de veras, Amadeo. Te mando un cordial saludo.

 

Yo también he tenido varios perros en etapas sucesivas; lo cierto es que nunca los escuché llorar en casa, ni aun cuando oía a otros hacerlo.

Gracias por pasar y un abrazo, amigo.

 

Sentí una metáfora triste pero muy bellamente escrita. Veo al hombre pidiendo la muerte de su hermano, veo a la bestia que descifra rangos diferentes entre las personas, oigo soflamas, gritos, argumentos que conozco de un pasado teñido en sangres: patrias, ideologías, odio, sangre que se reclama para sembrar y resembrar estos barbechos , y el sol calienta pero el hombre tiene frío.

Gran poema nos compartes Jmacgar.

 

Admirable una vez más este soneto inglés que nos compartes, Juan.
Aunque el tema me causa un poco de pavura; el tratamiento, la coherencia y la brillantez del discurso hacen que el poema sea un placer de lectura.
Aplausos, amigo.

 

¿Qué sienten los perros por la luna, compañero? ¿Qué los mueve a cantarle? No sé si los perros, los canes en general, le cantan a la luna o si expelen una sensación íntima de miseria, infinidad, soledad... para compartirla con otros canes. Es sobrecogedor el canto en aullidos de los canes, mi compa, como bien lo borda tu soneto. Sobrecogedor y hermoso, como las noches de tormenta sobre el mar (¿Has visto alguna?)
No tengo la suerte de escucharlos a menudo; los pobres perros de ciudades son rápidamente acallados por la gente cuando se les ocurre cantar. Pero las pocas veces en que han logrado imponerse a los humanos -de aquí- con sus melodías nocturnas, me ha provocado siempre salir sin camisa al balcón y ponerme a cantar con ellos.

Como siempre, hermano, un monumental trabajo tuyo. Un esmerado soneto inglés lleno de sensible magia. Gracias por compartirnos tus estrellas de arte.

 

Pues me ericé solo de imaginarlo.
Buen soneto, amigo Macgar, de los Macgar de toda la vida.
Un abrazo.