Primus

Es ayer el ahora con sus ventanas de vigas corroídas
Es ayer este sinfin amargo que suena en las cloacas del status
en el dilema de la horca dispuesta bajo el árbol.
Es hoy el mañana que te hace abrir la puerta más grande
de tus ojos,
sentir al alma marcarse con la mirada más blanca de la luna
y sentirse libres para inyectarte aire
con los primeros auxilios del día
con la rueda que empuja todas las cosas del mundo.
Qué bien que safaste de la rueca que hilaba dolor por las mañanas
de las migas muertas a la luz cansada del candil
y emprendiste ese viaje desnudo del que siempre hablan los recuerdos.
Ahora tienes tu saliva navegable, tu índice de pico/ tienes al cielo
abanicando la sombra de tu pie.
No dejaste nada a la duda geométrica
No dejaste de probar nada, solo marchaste, como una hoja leída
con amor, que vuelve a dormir sobre el lomo siempre vivo.
Solo te fuiste con reflejos sin mirar atrás...

 

Triste y aletargada es la sensación que deja la lectura de un poema que pareciera pronunciar un adiós desde el inicio y, sin embargo, ese adiós se transmuta en una reverencia hacia algo que del todo no comprendo pero puedo percibir cierta ternura y respeto. Quizás (y probablemente) me equivoco pero me dejó la sensación de alguien que ve un laso de vida, un devenir inevitable de cierto fin y trata de hacerle una especie de homenaje.
Me ha gustado muchísimo.
Saludos cordiales.

 

Gracias por tu comentario, muy atinado y certero. Saludos cordiales.

 

Sin mirar atrás...cuántas veces es imposible hacerlo?, solo la fortaleza de seguir
permite este gran paso.
Es un poema muy hermoso! Mis felicitaciones, es un placer conocer su poesía.
Le saludo y deseo una semana regia.

 

Gracias. Muy amable. Un saludo fraterno.☺