La vida de un duende

A la libélula amiga.

Nació de la pasión,
danzando de puntillas
alzó altaneras villas
de un pobre barracón.

Lo simple tuvo don
y el don tuvo la luna.

Cesó el crujir de cuna
y desnutrido muere;
que un duende, si se hiere,
fenece por hambruna.

 

Los duendes sin duda juguetean a las escondidas y a hacer cosquillas.
Bonitos versos.

Saludos.

 

Que bien que te guste, a mi también me gusta como suena y como me deja, creo que quedó bonito, para ser mío, claro,jejes

 

Gracias compañero, saludos.

 

Pues como se produzca una hambruna en el país de los duendes, vamos dados... claro que si son los duendes que le fastidian el ordenador a Libélula, entonces hasta tendremos suerte.
Un saludo muy cordial.

 

Un elogio encapsulado en un breve y "llegador" poema en heptasílabos. Versos como, "danzando de puntillas" parecen hacer que el poema levite, algo tan a tono con una libélula. A mí, como te dije, me gusta cuando alguien escribe ne forma minimalista y acomoda mucho en espacio reducido. Un gusto leerte nuevamente.
Gus

 

jejes, yo creo que si pueden ser los duendes, ella dice que se le fueron, pero seguro que no los ve de tantos que tiene, es eso de que los árboles no te dejan ver el bosque, o no, yo que voy a saber.
Gracias por tu visita.

 

Gracias Gus, a ti y a Isabel tendré que llamaros "los red bull",jejes...aunque red bull es palabra pendeja...jajas

 

Amigo Cetrero, que versos más bien tirados, sentimental y merecidos ( por la destinataria) esperemos que no mueran, y que se alimenten de las dudas y los miedos, engordando para hartarse de pintar los versos de nuestra amiga, poeta. Un abrazo amigo, me encantaron.

 

Gracias carnal, como dicen los mexicanos.
me gusta que te gute, saludos.