Tregua en vida: rendición en metáfora.

Imágenes sin presencia,
rostros sin origen,
ojos sin fondo,
cadenas sin dependencia.

Cuerpos bañados en melancolía,
Veranos ahogados por el vacío,
Crestas de perfume
clavadas, al límite del cielo.

Saliva que desborda en sudor,
héroes que idealizan héroes
cuyos discípulos emanan
más historia y realidad:
que ellos mismos.

Lagunas de pensamiento,
párrafos de soledad,
todo gira en torno a los filósofos existencialistas
del mundo inhumano.

Las paredes quedaron sin esquinas,
Las melodías quedaron sin oídos,
Los mares quedaron sin oleajes,
Las críticas sin argumento.

El joven, y a su vez antiguo
elemento infinito:
Perpetró la entrada del nuevo día.
Delegando al caer la tarde
su eterno hogar.

Nadie puede abrazarle, abrasa.
Ni puede mirarle, ciega.
Nadie puede tocarle, hiere

Y en su efímera soledad
calienta, ilumina, enciende las mañanas...:
Sin pedir nada a cambio.

Bellezas inertes,
sueños estrechos,
libertades puras:
que no entienden de prohibiciones.

Escribir en la inquieta necedad
y aceptar la ignorancia:
Si no sé todo, estoy en sintonía con la vida.

Porque sólo quien no destaca,
entiende y sobresale.
Porque sólo quien a menudo llora...
valora una sonrisa.

Las paredes quedaron sin esquinas,
Las melodías quedaron sin oídos,
Los mares quedaron sin oleajes,
Las críticas sin argumento...

 

cuanta tristeza, cuanto vacio por llenar, cuanta reflexion...
me gusto leerte, profunda tu poesia.
recibe un besito

 

Gracias