Daría la vida

Daría la vida

por verte feliz,

por sentarte junto a mi,

por verte sonreír

en el paseo de mis

tardes de abril…

Daría todo si tú

me lo pidieras…

Porque te amo en este instante,

en estos prados, en estos lares,

en estas antiguas casas

de estos pueblos solitarios…

Porque mi esperanza

depende de ti, de estos lirios,

de tu desgajado amor,

de tu azulada madrugada,

de tu estirpe dorada

y de la sed de tu corazón.

 

Darías la vida,
pero no tus ahorros,
pues invertir en Médicos sin Fronteras,
o en Intermón Oxfam, supone un esfuerzo mensual extraordinario.


Darías la vida,
como el abejorro,
que representa un peligro público,
y aún así, no se mete con nadie. Va directamente al grano.


Darías la vida,
como Bill Gates,
que se fue a África, a fomentar la vacuna contra la Malaria.
También los médicos-dentista excavan, con sus taladros mínimos, en las negras caries.


Darías la vida,
saliendo a pasear,
pues tu cabaña, choza o casa, templo o mansión,
a veces, se parece a una celda de prisión.


Darías la vida, abrazando a los reinos mineral y vegetal.
Pues nuestra pertenencia al reino animal,
se columpia entre civilización y barbarie.
Y vuelven a aparecer, en la boca, las negras caries.

 

Mil gracias Bristy por tus gratos ánimos y generosas palabras. Un abracico muy grande.