Huellas de amor.

Huellas de amor


Pequeña y delgada
tan frágil,
tan callada,
pies gitanos, zapatillas rosadas;
tus manos giraban
molinillos graciosos,
sonrisa de manzana
etérea libélula en la danza,
no alzabas vuelo y tus pies sangraban.

Tu alma silencio, amor, humildad.
Y Pucará llegó, te enamoraste,
blanca y fiel
antes de irse dejó la simiente…
Tu Lady colorada, tu potranca.
Crecieron juntas, tu voz
de brisa acariciaba su oído,
mansa se entregó,
en el viento volaban
como tierra indomable.

Tu amor y alegría desplegaste
cabalgando entre los árboles;
una sola eran, las aves cantaban libertad
a tu guerrera savia, indómito oleaje.
Increíble niña, volaste
en mares verdes hacia el sol…

Hoy, veo el brillo reflejado
en la espiga frágil de tu cuerpo
donde se columpian tus vértebras,
en tu sonrisa de vestal
sangre de ríos inquietos.
Naciste para ser un cisne de cristal;
ante tu gracia palpita mi alma
¡Busco tu huella para besarla!










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Qué belleza manifiesta tu poesía. Las metáforas van danzando cómo la bailarina que te inspira. Poesía de naturaleza, que amorosa detalla tu pluma. Sutil, hermosa canción, dejan huellas, volamos con la imaginación. Siempre es un placer querida Matilde. Tu poesía es un deleite. Un abrazo.

 

Estas letras están dedicadas a una de mis hijas que comenzó a bailar a los 7 años.
Hoy ya una mujer, es profesora de danzas clásicas, prepara también partenaires en su Compañía Artizar.
Todavía era una niña cuando nos regalaron una yegua blanca con manchas a la que llamamos Pucará.
Ella enseguida se enamoró y la comenzó a montar, una de las cosas que me gustó siempre fueron los caballos a quienes considero el mejor amigo del hombre.
Pucará tuvo una potranca a quien llamó Lady. Mi hija siempre fue callada, tranquila y humilde, muy introvertida y todo lo que lleva adentro lo volcó en su Lady y la danza,
cosas que no son compatibles.
La domó conversando en su oído, con caricias hasta que le puso una manta y se colgó de ella
panza abajo...La montaba en pelo hasta que le puso montura.
Saltaba y volaba por este bosque que no estaba casi habitado.
Un día tuvo que dejar de montarla seguido, la danza le exigía cada vez más.
En definitiva lo que escribí es una vivencia y me encanta tu manera de entender mis letras.
Lo haces con tanto sentimiento como cuando escribes.
¡Muchas gracias por tu paso y tu tiempo mi querido amigo!

Con sumo placer, por ser el primero en leerme, te envío mil abrazos
Con cariño
Matilde

 

Se busca esa huella para besarla, para darle amor...
líneas delicadas en un poema lleno de sentimiento
amiga Maty, un placer estar presente.
Un saludo para ti.

 

Así es mi querida amiga Blanca, cuánto amor desplegó y sigue invadiendo
nuestras almas con su danza.
Siempre la sonrisa en sus labios.
Ahora su hija, que empezó a los 3 años, ama tanto la danza que vive para ella.
Lástima no puedo subir una foto.
¡Muchas gracias por tu paso y preciado comentario!
Un saludo cordial.
Matilde

 

Mágica dulzura se despliega entre tus versos querida amiga...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

 

¡Muchas gracias mi querida amiga Nancy por dejarme
la dulzura de tus palabras!
Un abrazo con inmenso cariño.
Matilde