El sapo Sapo.

¿Y qué hago con la vida que me queda?
Ya veo, es decir, no vale nada;
pues póngame usted: habas, cal, enreda,
conel, odio... me llevo vox de cada.

Hay un negro, tras una barricada,
que exige a gritos ver un logopeda,
no sabe pronunciar pisoteada
y dice en su lugar "una moneda".

Si es intrafamiliar es más castizo,
también más popular y ciudadano.
Caoba no es de rojo, es rojizo.

Un no puede ser sí, si lo matizo,
y así freno el futuro con la mano,
me corto la coleta y aterrizo.

 

Los avances de unos por reacción a los avances de los otros multiplican, en última instancia, los de los otros. El precio que se paga por la puta estabilidad...

abrazo
J.

 

Ni lo estará, para los que desconocn los trucos, los juegos malabares y retóricos demagógicos
de todos los politicastros o los hipocritas que fingen el no saberlo;
derecha, centro, izquierda, que más les da, les basta con que les votes;
ya se encargarán de aliarse, en coalición, aparentando enfrentamiento
para seguir con el Sistma inamovible Económico capitalista de libre mercado depredador
y el Politico del neoberalismo privatizador y usurpador de la riqueza pública y popular.

 

Hasta que aceptó su realidad. Su lucha es inútil, usted mismo ha aceptado su futuro. No tiene más razón de ser , oponerse estúpidamente a sus propias palabras, es escupir a su dios en la cara suya oculta al sol.

Son sus palabras, vaya de nuevo pues... NIÉGUESE A USTED MISMO.
Al fin y al cabo, ha sido su perenne empeño renegar de su propios pasos... y por ende, servir de mal ejemplo.

NIÉGUESE A USTED MISMO... y ya de una vez, libérese de esa torpe carga autoimpuesta, de ser corrector del mundo torcido en sus opiniones.