La reencarnación del cielo

Abridme en dos,
sacadme los pulmones,
tambien los riñones,
y porque no el corazón.

Revolvedme la mente,
arrancadme los dedos,
vísceras y demás,
seguiré luchando igualmente.

No es una enfermedad,
no tiene cura ni tratamiento,
solo desasosiego y amargura,
mientras está vida dura.

La culpa no es de nadie,
hace tiempo que lo di por hecho,
quizás yo único culpable,
de enamorarme del cielo.

Esta ahí y lo puedo ver,
alegre y triste en sus días,
puedo hablarle y consolarle,
mas de nada me serviría.

El cielo es libre de estar con quien quiera,
yo no soy nadie para detenerlo,
Ojala estuviese siempre conmigo
pero otros tienen más derecho a tenerlo.

Por lo menos puedo recibir,
siempre una parte de ti,
es algo que logré ganar,
aunque mi corazón siempre pida más.

Cielo mio lo siento tanto,
por quererte como te quiero,
por desearte como te deseo,
ser una nube surcándote es mi sueño.

Pero aquí me hallo,
contemplándote día y noche,
fascinado por tu mirada,
alegre y despreocupada.

Y que maldita tortura,
no poder huir de ti,
pues vaya donde vaya,
siempre estarás sobre mi.

Oh cielo santo,
¿porque te hiciste terrenal?
convirtiéndote en tan linda mujer,
que me has hecho enloquecer.

De tantas noches que eres,
Sólo una te pediré,
mas se que nunca me la darás,
pues nunca te lo diré.

 

Es raro que deje comentarios en los poemas, pero tus lineas son exquisitas. Grato leerte.

 

Me siento halagador es un gusto que mis líneas sirvan para algo.

 

Que belleza.Un grito de dolor desapacible.Me llega