Ven y amémonos.

Vamos, ven conmigo.
No demoremos abrazos, besos y caricias.
Hagámonos el amor, con la certeza de que nada nos garantiza un mañana.
El tiempo implacable se marcha y no avisa.
No entiende que este amor; a fuego lento,
no se adapta al correr de los días.
Una vida no tiene horas suficientes para entregarte todo lo que traigo para ti, mi niña.
Tengo que besarte ahora, no quiero que mañana sea tarde.
Tengo que saciar este hambre.
Éstas ganas que tengo de ti.
De tu carne tersa, del tacto de tu piel.
De tu olor y del sabor de tu boca.
Dale de comer a mis deseos, en la cima de tus pechos.
Aliméntame con la miel que brota entre tus piernas.
Ven y hazme el amor.
Porque necesito guardarme todas las increíbles sensaciones que provocas en mí. Necesito respirarte y tenerte bien dentro de mi ser.
Llenándolo todo.
No sea que el tiempo imparable, te lleve de mi lado, aunque sólo sea un instante.
Y me quedé aquí.
Sin ti, pero contigo.
Ven y amémonos.
Deja en mi cuerpo, la huella de tu cuerpo grabada.
Y así, pase lo que pase, esté donde yo esté, tú te quedarás conmigo...

 

¿Cómo negarme y aguantarme quemándome en mi propio fuego?

Tendría que estar encerrada y sobreviviendo en un mundo devastado por una pandemia para no acudir a ésos brazos que tanto me llaman.
Tu modo poeta hacen que tiemblen partes de mí desconocidas.
¿Botones y cremalleras?

Madre mía.....
necesito una ducha fría o escucharás mis gemidos.
¡Ohhhhhhhhh........!
¿Porqué eres tan sumamente cruel conmigo?
¿Y si me seco como una uva pasa por tu culpa?
Soy esponja y tú agua.

 

Señor juez, vaya preparándome las multas.
No garantizo que pueda aguantar muchos más días, sin ir a rescatarla de este encierro...

 

Mi cuerpo te estaría eternamente agradecido.
Ha decidido que pasa de mí y que se larga contigo.

 

Qué puedo decir.
Alguien debe quererme allí arriba.
O allá abajo.
O el karma se ha acordado de las deudas...
No sé, pero sea lo que sea.
Gracias por ella...

 

Muy explicito el poema, pero tienes talento. Me encanto pasar por tus letras.

 

Gracias por pasarte y tu opinión.
Salud y suerte...

 

Repíteme éstas mismas palabras dentro de veinte años.
Te quiero.

 

¡Que me den esos veinte años a tu lado
Y te las susurraré al oído leyéndolas de mi propia piel...

Te quiero niña...

 

Repíte conmigo.

Muerte amiga,
ahora no puedo morirme.
Ya sé que no está en mis manos,pero venderé mi alma al mismísimo diablo si me dejas viva otros cuarenta años.
Quiero ver lo que sus ojos miran y tocar su piel.
¿Crees que la convenceré?
La muerte no es tan fea y mala como la pintan.
Es muy comprensiva.
Es sabia y amiga de sus amigos.

 

Y la única que siempre acude a su cita.
Pero que no tenga prisa.
Nuestros sentidos tienen mucho de que hablar y mucho que entregarse...

 

Una hermosa petición que ya veo tiene nombre.
Placer leerte mi niño, espero puedan apagar ese
fuego pronto. Mi beso cariñoso se apriete en tus
mejillas.

 

Sí, tiene nombre y sonrisa propia.
Gracias por tu visita Anamer.