Tentacion, pecado y salvación.

Te pienso y éstas aquí,
conmigo.
Frente a mí,
con tu sencilla y delicada belleza.
Puedo perderme en la clara profundidad de tus ojos.
Quedar cautivo de tu sonrisa
y nunca querer escapar.
Déjame enredar mis dedos en tu pelo.
Acariciar tu tierno rostro de niña.
Me acercaré a tus labios
y te robaré un beso.
Un beso carnoso y húmedo,
para llevármelo a la boca.
Déjame tocarte suavemente,
con delicadeza.
Piel de seda.
No quisiera estropear lo que es perfecto.
Anhelo probar el sabor de tu cuerpo.
Eres tentación,
pecado
y salvación.
Cómo decirte;
y que no lo olvides nunca,
que eres la belleza.
Que encantas mis miradas,
al mirarte.
Amarte, es hacer el camino
que lleva al paraíso.
Que no me culpen por desearte.
No hacerlo, es imposible.
Quiero tenerte entre mis brazos.
Rodearte con mis manos la cintura
y apretar tu pecho contra el mío.
Sentir tu respiración acelerarse,
al meterme entre tus piernas.
Mírame.
Deja que tus ojos me hablen de placer…

 

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DAÑOS Y PERJUICIOS
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Me botó muy afuera una ráfaga de aire,
acompañada del agua salada del mar;
en la playa morada de la vida,
que me sumió en la dulzura del amar.

Era un aire helado cual mis rocas,
era el agua salada del coral;
… y era la tibieza de tus ojos,
cristales mansos,
que por la dificultad del gentío,
endulzaron y amargaron mi soñar.

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Te quiero.
Aquí.
Ya.
Conmigo.
...y dejar que nuestros cuerpos se escriban y se hablen.

Cumplí toda mi íntegra condena.
Quiero sentirte dentro.
Nunca más imaginarte.