pateras

Siempre he pensado que los muertos, no
necesitan zapatos.

Barrigas abultadas. Niños
dentro de madres con barrigas abultadas.

En el mar Castillos en el aire. Y balones
de goma, sobre la arena. Insufla.

Se mueren. Delante de nuestros ojos,
se mueren, mientras el agua se lleva los zapatos.

Uno dos tres cuatro cinco.
Uno dos tres cuatro cinco seis. Insufla.
Insufla. En el nombre del Padre.


Antonia Mauro

 

En realidad uno de los principales culpables de todo eso son las religiones (y sobre todo sus "representantes" terráqueos). Si repartieran educación racional y condones entre la gente pobre en vez de tanto "mensaje de Dios" evitarían en gran medida esas y otras tragedias similares, pero claro, no les interesa, pues a lo mejor se quedarían sin fieles...
Hasta los animales limitan su natalidad o procreación en hábitats hostiles. Una gran pena, pero este es el mundo de muchos humanos al día de hoy, y tardará en cambiar.

Loable poema, compi, un besito.

 

te quedó muy bonito toñi. ya era hora de que subieras algo.

actualmente el tema de las pateras tiene bastante menos visibilidad internacional que la marea que continuamente desborda la frontera gringa. aún así, me parece que esa gente subsahariana es todavía más miserable.

poco podemos hacer ante ese infierno tan lejano.

salud pues.

 

Que te puedo decir mi querida Elena. Lindo poema que me toca porque también fui un inmigrante. Hace unos días se perdió en el mar un grupo de jóvenes cubanos, que trataban de escapar de Cuba. Una desgracia que tenga que morir un niño que huye de la desesperanza; beso.

 

Holi, pues yo que se cual es la solución. Pero otros deberían de saberlo.

Algunas personas se sienten más fuertes e importantes, cuando tienen al débil de frente. Si desaparecen los débiles, dejarán de ser fuertes. E importantes.
Por que no se acaba la extrema pobreza? Porque no quieren que se acabe.
Gracias. One

Muchas gracias René. Me ha costado mucho. Me está costando mucho escribir. Es difícil escribir algo mínimamente aceptable. Muy bonito? Estoy sonriendo. Eso no debe de ser bueno. Es broma.

Salud pues.

Hola Joseíto. Es terrible. Es terrible ver cómo llegan los cuerpos exhaustos. Hacinados. No podemos imaginar que significa "vivir" en una barcucha durante días. Y no saber si alcanzarás la orilla.


Estamos aquí de nuevo. Como al principio. Os acordáis de aquellas "peleas" tan guays? Alguna. Alguna era de mentira.
Un abrazo a los tres.

 

Me alegra mucho que estés por aquí, como antes. Y las peleas entre amigos son necesarias porque siempre aprendemos algo y yo he aprendido mucho de ustedes porque a pesar de ser apasionado en algunos temas soy consciente de que somos a veces esclavos de las circunstancias y arrastramos las consecuencias por lo vivido. Te mando un beso, guapota.

 

Interesante y a su vez profundo poema. Está muy bueno. Ahora más allá de la crudeza de la realidad, te cuento un secretito… bueno, no tan secreto… pues lo s abe todo el mundo. Argentina no tiene problemas de migración, de límites en la frontera. Es uno de los países que le abre sus puertas a todo el mundo. ay, pero es bueno también saber que los extremos nunca sirven, ni desde el un lado ni desde el otro. Jejeje… La humanidad y sus estúpidos extremos ya sea que los disfracemos de políticas demográficas o de ideas ultraístas “salvadoras del mundo”

Genial poema te lo vuelvo a repetir.

Elena, es bueno verte de nuevo por estos lados.

Abrazos

 

Muchas gracias José. Todos aprendemos de todos.

Un día las cosas cambian, dan un giro, y te das cuenta de que no son como antes. Algunas son peores. Otras mejores.
Por supuesto que arrastramos lo vivido, pero que ese pasado no nos arrastre a nosotros.

Un abrazo.

 

Muchas gracias Dani. Me alegra que te haya gustado.
Cruel realidad sí, todos los días lo vemos. A todas horas.

Abrazos.

 

Tus palabras extrañas me despiden está noche
Gracias por compartirlas
Hasta mañana

 

Hace mucho tiempo que no te leía y ha sido muy gratificante encontrar este poema.
La denuncia es también un arma para luchar contra esta barbarie que, cada día pasa ante nuestros ojos, haciendo de la tragedia una rutina.
Y no hay nada peor que acostumbrarse a ver desgracias porque nos olvidamos de todo lo que implica, de todo lo que provoca esa situación, del origen de tanta desgracia y tanta desesperación.
Me uno a tu denuncia porque por suerte, cada imagen en mi retina sigue doliendo como la anterior.

¡Un gran abrazo!

Sitapalmi