Creo que soñé que despertaba

En ese despertar quizás había
necedad, con un toque de cautela,
un resabio de sueño en la bahía,
el canto de unas olas a capela.

La luna opuesta al sol. La algarabía
de seres de otra vida, paralela,
que, sin embargo, fueron compañía
mientras me consumía en luz de vela.

Ignoro cuándo, cómo ni por qué
crucé por un umbral de no retorno
a insomnios viejos de una antigua fe,

que ni siquiera sirve como adorno,
que ni siquiera sabe a dónde fue
y me dejó sumido en un trastorno.


​

 

Me alegra que además repararas en Mylène.
Muchas gracias, Isabel.
Un beso.

 

Estremece leerlo. Buenísimo!
Abrazo.

 

Muchas gracias, Ángel.
Espero que estés bien.
Un abrazo.

 

Bueno, pero ya saliste, de tal. Buen soneto, Sergio. Un gusto leerte.