Matar el amor

No seré yo
que será el rocío.
El que te tiente en la cara
El que susurré en tu oído:
– Despierta, que llega el alba –
Y ya será tarde, amor mío.

Ya habrán sonado campanas.
No esperaras un mañana.
Que no te vendrán angelitos.
Que no escucharás ningún grito.

Sola y tendida en tu lecho.
Sola y el tiempo por lastre.
Que te traerán crisantemos
y no podrás sonrojarse.
Que la cruz se hunde en tu pecho
Y te impide levantarte.

M.D.T

 

Muy bello, triste y profundo tu poema, mis saludos.