Daniel, el travieso, y el gato

Quiso Daniel, el travieso,

en una noche de frío,

divertirse con el gato

arrojándolo al vacío.


Mas, el gato con sus vidas,

como siete mal contadas,

por sus patas se salvó

las que empleó como alas.


Al ver al gato más vivo

que la luz de la esperanza,

el niño se enmudeció

y se extravió su mirada.


Lo que para uno no quiere

a nadie se le desea.

Jugó Daniel, el travieso,

con fuego y el fuego quema.


Niños y más grandecitos

que sirva esto de experiencia.

El maltrato es de salvajes,

desterremos la violencia.
​

 

Me agrada que te haya gustado, amiga bristy.

 

Muy buen y educativo poema, emivargas, cuánta razón y qué valiosa lección llevan estos versos.
Ójala, como dices, sirviera de experiencia a Daniel..... a los grandecitos temo que no hay quien los cambie..... jajajaja
Ha sido un placer leerte, gracias.
Saludos cordiales.
Javier

 

Precioso poema con un importante mensaje! Gracias por compartir!

 

Graciaas Javier por tu comentario. Me gusta tu buen sentido del humor.

 

Gracias Miguel por pasar y dejar tu comentario.

 

Y desde entonces Daniel
al gatito lleva leche
y al mayor "hace escabeche"
cuando se mete con él.


Me ha gustado mucho tu poema, emivargas, ideal para todos los públicos y muy, muy aleccionador.
Un abrazo,
Eva

 

Gracias por tu bonito comentario. Disculpa por no haber respondido antes pero es que estaba fuera de la ciudad.