Por tus anchas avenidas de manteles amarillos

Son los túneles del metro que me adentran en tus curvas,

en tus anchas avenidas de manteles amarillos

donde se extienden manjares, sin cuchillos y sin sombras,

donde nada el eucalipto a la espera de la nieve

porque el frío no le estorba, porque nada le detiene.

Son los túneles del metro, con sus ríos de tinta

y sus rejas averiadas y sus ojos de felino

y sus uñas en las vías, arañando los caminos

donde puedan detenerse, para abrir al fin la boca

y dejarse consumir, por la luz de la mañana,

que se adentra como un soplo,

por tus anchas avenidas de manteles amarillos.​

 

Y es la voz del poeta, sus ojos, sus manos, su tacto en la medianoche que hace
estremecer las avendidas de la calle que lleva el nombre de una que ni es santa
ni divina sin una mujer que busca amar y ser amada...mmmmmm que bello,
que bello y me lo saboreo, abrazos olor a jazmín en la distancia

 

Ni falta que hace ser santa. Un mantel amarillo bien extendido sobre el que saborear ricos manjares es lo que realmente cuenta.
Besos y siempre más.

 

Enormemente fresca y también la última oscuridad que precede al amanecer. Otro muy fuerte para ti y muchas gracias.

 

Gracias, siempre halagüeñas tus palabras hacia mi obra. Saludos afectuosos.