Hambre

Se enguachinó de amor su hambrienta boca

al olor penetrante del cocido

inquieto del azar de haber sentido

la nueva sensación que lo trastoca.


El sabor de un garbanzo lo desboca

y si al caldo un chorizo se ha añadido

su grasa le confiere tal crujido

que solo con soñarlo lo provoca.


Y al socaire del sueño se alimentan

sus tripas que con aire se mantienen

esperando un manjar ,pues ya revientan


de esos ruidos que a nadie le convienen.

Despertó de repente, mas sus ojos

vieron solo… aguachirle con despojos

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Enguachinar es coloquialmente “engañar “ al hambre bebiendo más agua de lo normal y con ello llenar el estomago,si ,como en este caso es con amor resulta más poético pero la solución al hambre sigue siendo un engaño.Gracias por tu paso y tu comentario.Un abrazo.Bernardo de Valbuena