La otredad.

Queda una buscando la otredad
como si fuera aire.
Boquea una con ansia,
pero no hay tal aire de otredad.
Y encuentra una otros boqueando igual,
como peces fuera del agua.
Todos cuentan como antes tuvieron a otro
y eran felices, pero rechazan pensar en como acabó.
De repente ese otro que completa tu ser ya no encaja
y te culpa de ser tu quien no encaja.
Se vuelve una hilera de culpas,
como si hubiera injusticia en el dejar de ser.
Lo peor es no poder encontrar ya más la pieza que ajusta
y quedarse así de por vida,
como pedazo de loza de una vajilla incompleta y ya perdida .

 

Ayyy Luciana el otro es el espejo en el que nos miramos, si le sonreimos el espejo nos devolverá esa sonrisa, pero si nuestra mirada muestra enfado, furia, odio... etc también el espejo nos lo devolverá . Es triste que siendo seres sociales por naturaleza haya personas que no nos quieran aceptar en su grupo por no sentirse comprensivos ni solidarios ni tolerantes con los demás y el egoismo y la ambición les puede por demás, y el día en que nos sintamos todos como uno solo ese día nos dolerán en la piel los problemas que aquejan a los demás y de camino a nuestra sociedad.
Me ha encantado reflexionar a la luz de tus bellas y profundas letras querida amiga......muáááacksssssssss

 

Tu reflexión va mucho más allá de lo que yo quise decir, lomafresquita, eres muy profunda. Muchas gracias por tu lectura y tus profundos pensamientos. Un gran abrazo.

 

Gracias, ya lo cambié. Un beso. Luciana.

 

El tiempo no perdona Luciana... pero, cierta clase de "humanidad" perdona menos todavía. Excelente poema.
Cordialmente.

 

Gracias, Iván. Así es, pero ni modo, hay que seguir construyendo la vida lo mejor posible. Un abrazo. Luciana.

 

Me gusta que vayas cambiando de estilos, ¿ para cuando algo neosurrealista? Besis.

 

Gracias Lluna, una cambia, y es bueno. Gracias por tu lectura. Luciana.

 

Weno tal vez, pero otros guardan el resentimiento porque la vajilla era màs importante que uno mismo, lo usual, una a los azotes y la vajilla incompleta al eterno lamento por lo que es mejor ser maratonista para que la SOCIEDAD PROTECTORA DE LAS COSAS SEA FELIZ y yo tambièn. En fin, es la vida. Saludos cordiales.

 

Pues sí, pero si por conservar las cosas te rompes por dentro, pues no que se rompa la vajilla, pero no yo. Gracias por tu comentario. Un abrazo.

 

Eres un sol, me convendrìa haberte presentado a mi ma. Un abrazo, saludos.

 

Ah, pareces ser muy joven. Lo que sucede es que si uno no safa, entonces te hacen polvo. La vida vale la pena luchar por qué sea de lo mejor, cueste lo que cueste. Un abrazo.

 

Juventud quisiera, pero está bien. Tienes razón, un super abrazo.

 

Gracias por el ánimo. Un abrazote. Luciana.

 

Para ti tambien, feliz semana.