Mi verbo herido

Intento ser feliz
y me recojo,
me pliego,
me arrodillo.
me enrosco
en mí mismo
para que no
se me escape el alma.
Para que no
me duela
ni el viento,
ni la luz que me sitúa.
Para que no me llegue
de frente la iracunda
voz que me derrota.
Mi propia voz,
mi verbo herido.

Luis de Pablos (del 22)

 

Sigues siendo el gran poeta de siempre. Necesitas pocas palabras y nada rebuscadas para transmitir cualquier cosa. Llevas la sencillez al límite para expresar sentimientos de una manera limpia, casi mágica.
Sólo que, a veces, lo que transmites da miedo. Nadie es peor crítico que uno mismo, pero la indulgencia es imprescindible. Reconciliarse con uno mismo, ser tolerante también conmigo es una fantástica pastilla.
Un enooorme placer leerte de nuevo.
Luz

 

Sigues leyéndome con muy buenos ojos, lo que claro está me alegra. Sé que soy poco indulgente conmigo mismo...por algo será, probablemente.

El placer es mío.

 

Jajaja, te sorprendería lo crítica que puedo ser. La mayor parte de las veces no comento poemas por no mentir. Así que de buenos ojos nada, sólo hago justicia a quien lo vale.

 

Lo sé. Me acuerdo. A mí me sucede algo similar, en cuanto a las críticas,

Ya veo que has visto la foto que acabo de colgar en mi blog. Me ha dado por la fotografía...me distrae y disfruto con ellas.

 

La existencia...duele, nunca olvidemos lo que dijo el maestro Elías Nandino: La muerte no lastima, la vida es la que duele.

 

hermoso poema.