Quintillas quincalleras quizás quemen quilos

Me distancio de la gente.
Es una fauce este abismo,
esto no es algo corriente.
Es la grieta que uno mismo
se construye bajo un puente.

 

Y me afinco bajo un puente,
que el abismo hace estrago.
Ciego -dice Saramago-
no da nombre a lo que siente,
y en mi sueño yo me embriago.

 

Cada vez que yo me embriago
me transformo en troglodita
y esto al bar no se limita:
hice en un bautismo estrago
bebiendo el agua bendita.​

 

No es mala la marihuana
mas tiene efectos nocivos
si cada fin de semana
fumáis verde cual la rana
para así sentiros vivos.​

 

“Esto está lleno de vivos”,
dijo el muerto en su velorio.
“Encima están de jolgorio,
pasados de aperitivos
como si fuera un casorio”.
​

 

Claro que no me molesta,
no me he querido casar,
yo no firmo en el altar
que quien parece modesta
es un cántico al azar.

 

Es un cántico al azar
que por el casorio es sal.
Es que se cierra el portal
que nos conduce hacia el mar
y esto suele ser fatal.

 

¡Cómo comenta la gente!
¡Qué sencillo es ser chismoso!
Yo me quedo con el oso:
solo quiere andar rugiente
si en verdad está furioso.

 

A veces el ser cristiano
ya no significa nada
actúan como pagano
a nadie le dan la mano
ni comparten su mesada.​

 

No comparten su mesada,
no comparten pan y vino,
sí comparten el destino
del recelo, y la velada
verdad del reino divino.

 

¿Qué significa divino?
Es algo que no es humano.
Transformar el pan y el vino
cuando elevando la mano
repite el ritual cansino.

 

Amar no es acto cansino.
Requiere de esfuerzo, hermano.
Jamás será algo mundano.
El amor es como el vino:
es gran arte y buena mano.​

 

Como el último verano
no me iré de vacaciones
como todo buen vegano
he plantado mis morrones
y también ají poblano.​

 

Prefiero el chile poblano
para preparar rellenos
y mezcal de oro el gusano
a gusto de mejicano
lo estoy echando de menos.

 

Al leer echo de menos
ese curso de cocina,
platos distintos, ajenos
y, de postre, la propina
con azúcares morenos.

 

Si te has pasado de alcohol
y necesitas tu siesta
cansado ya de la fiesta,
no te pongas mucho al sol
que resultará funesta.

 

Sé que resulta funesta
la resaca inoportuna,
que tendrá mala fortuna
con el mar, la playa, ingesta...
Y mejor si duerme en cuna.

 

Si, yo soy de buena cuna;
de cedro fue la madera
y artesana la manera
de aquella mano oportuna
de abrillantarla con cera.

 

Dale más brillo con cera
y tendrá un nuevo esplendor
sin olvidar al cantor:
"aquella que antes mona era
mona sigue con rubor".

 

A veces siento rubor,
a pesar de mis sesenta
sigo siendo un resplandor
y una sorpresa mayor
¿ y cuando cumpla noventa?

 

¿Y cuando cumpla noventa?
Al fin el niño asumido
en la niñez habrá sido,
porque la adultez aventa
justo antes de haber partido.

 

No muerto, sí derrotado,
he perdido la batalla;
sé que no di la talla,
me retiro a mi poblado
a sacarme la metralla.