Festín de mezquindad

Vino y manjar, estómago reseco,
en seca sangre la saliva es triste.
El dolor es opíparo, no un quiste
que se extirpa del alma. Con el hueco

en las fuentes lustrosas, boquiseco
y sin saborear lo que me unciste,
has servido el banquete y te reíste,
resonancia que pérfida en el eco

fue tu mueca mordiendo mi apetito
hasta alcanzar la cruz de fatuidad.
Fue la vida banquete, apenas rito,

plato de muestra, de incredulidad.
recetas especiales, y detrito.
Fue la vida festín de mezquindad.​

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Hay mucho que cambiar en este mundo mezquino, pero estas letras taladran la conciencia humana, buena reflexión amigo, saludos,

 

Agradezco tu lectura amiga, es así, hay mucho por cambiar. Hay hechos que anudan estómagos. Un abrazo grande

 

Me gustó mucho lo del último verso. No entendí mucho del resto, supongo que es el festín mezquino del que hablas.

 

Gracias estimada poetisa, quise hablarle de frente a la mezquindad personificada, pero tal vez lo dejé muy oscuro. Saludos cordiales

 

Muy trabajado el tema y el lexico. Me gustó. Bernardo de valbuena

 

Estoy muy agradecido por sus palabras estimado poeta, me alegra que haya sido placentera la lectura. Saludos

 

El verso final es un bello oxímoron que representa al soneto en su total. Un poeta de mi tierra dice siempre que al ser exiguas estas composiciones, deben tener un giro de tornas o un hermoso cierre. Creo que cumples con ello, estimado José Luis.