Quintillas quincalleras quizás quemen quilos

Muchos hay en la perrera
que no debieran estar
y alguno si que debiera
en la perrera aguardar
hasta que alguien lo quisiera.

 

Mala suerte, casi marco
en el último minuto,
pero casi estoy de luto
al resbalarme en un charco
y pisotearme un bruto.


​

 

No era aquel un buen paraje
para ponerse a pensar
como podernos cobrar
o subirnos el peaje
…y se fueron a cenar

 

Cuidado con el cenar
que puede que no despiertes
tras unos platos muy fuertes.
Dicen que hay que vigilar
las comidas que conciertes.

 

En las citas que conciertes
con quién te nazcan amores,
da unos ases de tus suertes
que seguro es que aciertes
con un libro y unas flores.

 

No me gusta echarme flores
mas, si tú me lo permites,
te diré lo que a Dolores:
Ten cuidado, no te excites
si un mozo te habla de amores

 

Tuve incontables amores.
Siempre supe hallar las flores
brotando en la multitud.
Me mantuvo la salud
deshacerme de pudores.​

 

Tantos malditos pudores
acaban con mi paciencia,
siempre pidiendo clemencia
bañado en fríos sudores,
cómo amargan la existencia.

​

 

Si son tan inalcanzables
abandona ya esas metas
que resultan obsoletas
y existen otras loables
que son mucho más concretas.

 

Vamos a ver si concretas,
robamos a ese capullo
todo el oro que no es suyo
pero conoce tus tretas,
¿no iremos todos al trullo?


​

 

Por supuesto que en el trullo
es donde debiera estar
por rufián y por capullo
y así poderlo pagar
el hacer tanto chanchullo

 

Todo lo tiene por suyo
lo de aquí, más lo de allá
del infierno y de acullá
lo del vecino y lo tuyo
…y hasta el cielo lo querrá.

 

No sabemos qué querrá
porque no lo dice claro.
Pasaremos por el aro
aunque no rebele ya
su deseo sin descaro.

 

Descaro, mucho descaro
mostraba mucho al pasar
y en sus ganas de agradar
mucho amistad daba Amparo
…y la tuve que olvidar.

 

Sí, me late el corazón
cuando leo tus palabras.
Es que me da desazón
pensar en darte ocasión
a que mis heridas abras.​

 

La verdad no es que me pese,
ni que me cause disgusto.
Tú quieres que yo te bese,
pues mira va volando ese,
tan solo por darte el gusto.

Pero pienso que no es justo
por que ahora que estoy triste
al besar no estoy agusto
parecerá un gesto adusto
porque amor ya no me asiste.​

 

Hoy me vas a convencer
que hay vergel entre estas piedras,
y no voy a perecer
en mis jardines de hiedras.
Mas me vas a enloquecer.​