Mujer de agua

Hija del bosque ábrego y del canto rumoroso

de las fuentes, tu cuerpo yace sobre el tapiz

húmedo de la hojarasca como una gacela

después de haber bebido agua del río que fluye

hacia las noches lejanas del pedregal y la rosa

mustia. Caen los frutos del árbol sombrío y tú

con las manos cautivas de luz recibes la blanda

pulpa entre los dedos como un cenit carnoso

de sangre dulce y hebras de color miel. En tu

jardín lleno de pájaros las amapolas son verdes

como el musgo del cantil humedecido por la lluvia

de marzo. Te rindes al viento áureo y al colibrí

que canta en el bosque, y si me incitas yo voy detrás

y me hundo en tu río, si así lo quieres, amada mía.

 

Hermosura, de poesía.

Gracias poeta tu poesía siempre es un regalo a los sentidos.

Abrazos grandes !!

 

Muy bello

 

Preciosa poesía, qué belleza para los sentidos , qué relax para el alma. Un abrazo con la pluma del alma

 

Gracias, Naty, por la lectura y el comentario. Un abrazo.

 

He disfrutado con la lectura de tu bello poema. Saludos y buen día.

 

Agradezco tu lectura y palabras. Un saludo cordial.

 

Me ha encantado todos los elementos naturales del poema, yo los tomos como símbolos paganos, de un sentir espontaneo, que en su vitalidad une al mundo sin estereotipos de la modernidad. Un gran poema.

 

Amoroso y apasionado tu poema mi querido Ramón, que placer encontrarte
en mi estancia por estos lares. Besitos cariñosos vuelen a tus mejillas.

 

Grandioso lirismo descriptivo !!
Que inunda los sentidos.Aplausos como siempre
Nemo y yo le saludamos

 

Gracias, José, por el amable comentario. Un abrazo.

 

Gracias, Antares, por tus palabras. Un saludo cordial.

 

Gracias, Gustavo, por el amable comentario. Un abrazo.

 

Maravilla. Un gusto leerte.

 

Gracias, Anamer, por tu visita y amables palabras. Un beso.

 

Gracias, amiga, por el amable comentario.
PD Un abrazo a Nemo que debe estar viejecito el pobre.

 

Gracias, Luciana, por tu lectura y palabras. Un abrazo.

 

Así tu piel nunca se resecará.
Un abrazo, Ramón.

 

Una ventaja, sin duda. Un abrazo.