La nada misma

Mente que explota,

expulsando de cada idea
neuronas y estrellas,
galaxias y sueños,

cada luz que fue
lo que la mente dibujaba,
ahora mar de realidad,

lo que el cuerpo no sentía,
pero anhelaba sentir,

ahora dueños
de los extensos terrenos del alma,

porque vinimos del abstracto,

del pensamiento más insólito,

del reducto temporal,
del todo que fue inexistencia,

cuando el tiempo no se clavaba
con aguja y carnada,
en la carne de la avaricia,

cuando el canto solemne
no le cantaba a los segundos,

cuando el aire se percibía vacío,

y el cielo vacío,
y su sendero vacío,

y el infierno vacío,
y su tormento vacío,

y más toda incertidumbre primordial,

más que el pecho vacío,
es el vacío hecho existencia,

sin embargo,

la nada seguirá siendo nada,

cuando se entiende
que no se comprende,

y que no la podríamos ni imaginar.

 

Hay que entenderlo, no obstante IgnotaIlusión aún sigo analizando este poema porque dice muchas cosas, quizás en varios mensajes.

Saludos desde Cuba.