El Pterodáctilo

Es una estrofa bendita…
¿Ese segundo, dactílico es?
Creo que no; ni cerquita.
Con diez cerraste. ¿Lo ves?
Aclaro: no ostentaré un palmarés.​

 

Esta estructura ya ves
toma el paso a otro ritmo caliente
eso me causa revés
fallo aunque esté muy pendiente,
pero me gusta domarlo eficiente.​

 

¿Te mostrarás transparente
cuando ingresemos a mundos pasados?
¿ Qué haré, temerosamente,
si con caminos andados
empaño grandes momentos soñados?​

 

¿Será cosa de los hados?
Quiero encontrarte, quererte y amarte
y te busco en todos lados
¿o será cosa del arte?
No obstante, no he conseguido ni hallarte.​

 

¿Por qué por él rebajarte
para intentar alcanzarlo en su trono?
Resulta tétrica el arte
del tipo, como un icono
misógino que se erige en patrono.​

 

No sé por qué me abandono
y voy guardando las cosas inútiles.
Será mejor si yo dono
a quienes le sean útiles,
para ir dejando los temas tan fútiles.​

 

De túnicas inconsútiles
nos pintan siempre las blancas deidades.
Diré que fueron inútiles
frente al dominio del Hades,
en este mundo de pocas bondades.​

 

Problema de las edades
es conocer lo que es propio en cada una
aprovechar sus bondades
seguir la ruta oportuna
no transgredir ningún límite, en ni una.
​

Pregunta: En el último verso la sinalefa "niuna" es adecuada?

 

Realmente, dado que es un acento estrófico, creo que se convierte en dialefa, como en esos ejemplos de Fray Luis de León y Lope que te mencioné. Son, sin embargo, dos vocales débiles en este caso. En los ejemplos que te di eran una fuerte y una débil.

Solo estoy un 80% seguro dado que, en definitiva, este no es mi campo de estudio sino solo una afición. Una voz experta nos puede venir bien en este caso.

 

Gracias por la aclaración, Don Ermenegildo. Un abrazo.

 

Si tengo poca fortuna,
mejor me siento a esperarla tranquilo.
Con suerte, creo que alguna
bella diablura de estambre y pistilo
tendré en mi vida de flor masculina
y así vencer esta amarga rutina.
Estoy cansado de estar siempre en vilo.​

 

Tú sí que tienes estilo,
son tus metáforas bellas, azules,
como vestidas de tules.
Siempre nos dejas en vilo,
aunque con ellas tú siempre fabules.​

 

La vida hará que circules
una mañana tu propia existencia,
junto a los cuervos, allá en abedules
frente a la tumba que es fiel residencia.
Y harás las cuentas, las restas de amor,
también las sumas de algún otro error.
Así es la vida. La Muerte, es paciencia.
Mi voz, ya ves, es rencor.​

 

Hice ideal del amor,
por eso es que nunca lo he encontrado
y que el que fue mi adorado
se terminó como flor,
sutil aroma que ya ha expirado.​

 

El ocio me ha acorralado
y siempre listas, “dactílicas liras”
me avisan que en el pasado
-si bien ardiente me miras-
me perdonaste unas cuantas mentiras.​

 

Me causa corte en mil tiras
el vacío de vos, esa demora.
Sé que en mi ausencia deliras
que la ansiedad en ti mora,
pero aguantas ardor que te devora.​

 

Un temporal se avizora:
Faltan dactílicos claros allí.
Existe poca demora,
-si bien yo sé que aburrí-
si subo versos simplotes aquí.​

 

Quiero saber hasta que hora
es que vendrás a contarme algún cuento
yo aquí escribiendo a deshora
y por tenerte contento
te creeré que tú has ido a ese evento.​

 

Como amatista al momento
mármol será si esperado con ansias
dócil y fuerte el intento
fácil el trato en distancias
néctar de flores, sutiles fragancias...​

 

Se que serán las distancias
grandes barreras de amores eternos,
causa de frías estancias,
chispas en cables alternos,
duros rivales que crean infiernos.

 

Fui el que inventó tus infiernos.
Piras, azufre y coludos diablitos
que son lascivos y eternos,
me demandaste en tus ritos
de alcoba en llamas, quemando apetitos.​

 

Mandas a todos diablitos
digo con énfasis días, sucesos
cuento mi vida en escritos
tristes, ajados, traviesos
urna de amores cantados e impresos.​

 

Libera todos tus presos.
Aquí estaré, con prisión preventiva.
Te quedas presa entre presos,
tu pecho no se motiva.
Tal vez lo nuestro muy pronto reviva.​

 

Se que te crees la diva,
piensas que nadie te iguala en belleza;
si eres soberbia y esquiva,
reina de pies a cabeza,
te cortarán pronto tan bella pieza.

 

Un ave mansa bosteza.
El paraíso se ha ido de paro.
Hoy a su bosque enmaleza
el industrial desamparo
de un laberinto muy fétido y raro.​

 

Tú siempre me haces el paro*,
es tu sonrisa que alegra mi día
y nunca tienes reparo,
mostrando tu gallardía,
de escribir versos que dan alegría.
​

Hacer el paro: La expresión, sencillamente, se refiere a hacer un favor, y puede ser utilizada al igual que “hazme la valona”. ​

 

Una armonía de nubes y sombras
roza y me surge tan suave tristeza
miran mis ojos la dura belleza
calma silente me roza y me nombras
fútil pregunta que trae riqueza​

 

Le escucha atento y bosteza.
Lo que me lleva a pensar por la noche,
pues considero proeza,
y no cuestión de derroche,
sueño tener y aguantar al fantoche.