Todos estamos rotos, así es como entra la luz

No hay destello que ilumine mi oscurana,
por ello me sumerjo en esta lobreguez barbiana,
ciño tal vastedad aunque su comodidad me imana,
dispuesto a usar el pesar para mi expresión adiana.

Repelido por el mundo,
he ido en dirección contraria al tumulto,
no atraído por el murmullo del vulgo,
sino indagando en el interior de mi núcleo.

Un averno abisal,
me recorre un pavor descomunal,
proporcional a esta melancolía
que se aferra a mi recital.

 

Buenas letras Amarus. Un abrazo con la pluma del alma

 

Perfecto así debe ser, debemos hablar con la voz del interior y de vez en cuando sacarla a pasear.

Saludos