El suspiro

Acontece el suspiro que invoca a la secuencia del amor

cuando en la memoria se fija el momento de la doblez cálida

en que la palabra deja de ser hegemonía y son las vértebras,

los huesos y la piel el idioma feliz que buscan las manos en una única

síntesis, en un único mimbre donde las caricias sustituyen al verbo

y los ojos miran al silencio de las bocas, al carmesí o a la carne

de los labios, a la tez tan próxima, al abrazo que extiende

su perfil de enredadera por las axilas, la espalda, el arrullo

de los vientres besándose como niños que juegan a compartir

una estrategia de vaivén y olas, de latido y eco, de finitud

e infinitud en un solo cauce, en idéntico árbol, sus pétalos

y sus ramas perfectamente superpuestos como un nimbo,

como un halo, como un reborde que se perfila y deja

una sombra entre los dedos, una cicatriz como una rúbrica

en la que existe un misterio que los une, ella la hoja,

él un fruto alimentado por la savia del amor que provoca

en los amantes un suspiro en el recuerdo cuando ya para

siempre es definitivamente tarde, y no hay vuelta atrás.

 

Dulce versar.

Saludos

 

Me agradaron mucho las imágenes en tus versos en lo particular en el cierre.
Saludos

 

Como casi siempre, apenas nada que decir. Un placer leer creaciones tan singulares y redondas.Un abrazo

 

Sabes que me encanta leerte, tus letras son siempre especialmente
hermosas y sensibles, gracias por el momento.
Besitos cariñosos vuelen a tus mejillas.

 

Gracias, Alde. Un saludo cordial.

 

Mi agradecimiento por tu visita y palabras. Un saludo.

 

Gracias, Asklepios, por leer y por el amable comentario. Un abrazo.

 

Gracias, Anamer, por tus palabras. Besos.

 

Muy bellos versos y muy buenas imágenes. Un abrazo con la pluma del alma