Ingratitud

Hasta el ruido guardó un digno silencio,
no era cuestión en tan luctuoso día
el molestar a nadie. Nadie había.
No puedo imaginar lo que presencio.

Y a pesar que la fe no reverencio,
me da tristeza el cura que acogía,
sin público presente en la homilía,
el infausto cadáver de Inocencio

Aunque a decir verdad, justo eran tres,
tres, solamente tres, para un finado
los que mostraron pena e interés,

proporción desigual, ¡qué desagrado!
Irse en paz ante tal ingratitud
es mejor que en loor de multitud

 

Muy bonito.

Saludos

 

Gracias por leerlo. Me he encontrado con esta escena en una ciudad francesa esta tarde. No salía de mi asombro.Saludos. Bernardo de Valbuena

 

En tu soneto plasmas una realidad terrible, en estos momentos ¿dónde están los mal llamados amigos? lo único bueno (si puede haberlo), es que ya no sabes si lo están o no. Grato pasar a leerte y dejar mi humilde huella.
Alfredo

 

Muy bello soneto, pero de una tristeza que hasta las pestañas lloran al leerlo. Un abrazo con la pluma del alma

 

Fue un soneto escrito sobre la marcha, pero quedé impresionado por el ambiente. Gracias por tu comentario. Saludos. Bernardo de Valbuena

 

Lo único amable es lo de “ las pestañas lloran de leerlo”…pero es la realidad triste lo que allí imperaba. Gracias. Un abrazo. Bernardo de Valbuena

 

Aunque así fuera, los vagabundos muestran solidaridad con los de su clase. Solo le falta a la escena una foto en la abadía que era grande y aún impactaba mas. Al menos conmigo y mi esposa que íbamos de turistas fuimos cinco a despedirlo. Cosas de la vida. Saludos. Bernardo de Valbuena

 

Menos mal que el finado no tuvo esa visión. Un gusto leerte.

 

Es mejor no pensarlo…y que sea lo que Dios quiera, trataremos de irnos en paz. Saludos. Bernardo

 

Es muy bueno, me ha gustado mucho la forma en que has colocado las comas y lo que dicen los últimos versos es verdad porque como dice el refrán mejor solo que mal acompañado.

Precios tu soneto.

Abrazos Bernardo.

 

Es verdad, así lo vi y así lo he intentado plasmar. El momento era patético. Y ahora estará tan feliz descansando de tanto ingrato con los que se habrá cruzado en la vida.Un abrazo. Bernardo de Valbuena

 

Qué profundo y reflexivo soneto amigo Bernardo, irse en paz consigo mismo es preferible a irse colmado de alabanzas pero sin paz. Me ha encantado leerte querido amigo, besos con admiración y cariño para ti...muááckssss

 

Gracias por tus comentarios…esto son las cosas del directo, me ocurrió en Vendôme y desde ese momento me hice compañera del finado como si hubiera ido a despedirlo. Sumé uno más. Sé que son pocos, pero cuatro es mejor que tres. Un Abrazo . Bernardo de Valbuena.