El riesgo de mi entrega.

Con el dolor de la mortal herida
que me ha abierto tu ausencia permanente,
me pienso la más triste y penitente,
pues no puedo sentirme ya querida.

Después que me tuviste consentida,
que tu amor de mi dicha fue la fuente
y sentía su flujo, su corriente
colmándome en ternuras, seducida.

Ahora siento el frío de tu ausencia
y el hambre de tu amor que me doblega,
mas no lamento el riesgo de mi entrega.

Todavía recuerdo tu impaciencia
de llevarme hasta el lecho cariñoso.
¿Quién en amor ha sido más dichoso?​

 

Buenas letras, estimada poeta. Un abrazo con la pluma del alma.

 

Hay veces que lis recuerdos perduran hasta el final amiga Luciana. Sobre todo si han dejado huella y los suyos sin dudarlo lo han hecho.
Un fuerte abrazo.

 

Gracias por tu amable comentario. Un abrazo.

 

Muchas gracias, Alde. Un abrazo.

 

José, poeta, muchas gracias. Un abrazo.

 

Me ha encantado este soneto de amor. Cuando alguien a quien has amado se ha ido para siempre lo mejor es recordar la felicidad que te dio ese amor.

La música estupenda como siempre.

Abrazos Luciana.

 

Da gustó leerla, compañera Luciana... porque poco a poco;
crece, vuestro verdadero liris mo; con cada uno de sus poemas. Cordialmente:

 

mas no lamento el riesgo de mi entrega.​

Transitar la vida puede determinarnos muchas cimas pero seran muy pocas las que recordemos para siempre con quien las culminamos.
Un placer leer tus inspirados versos