Tercetos encadenados

Si no pierdo eficiencia en el trabajo,
será porque si luzco estos despojos
es porque caminé por el atajo.

 

Nos levantamos flojos,
estamos desvelados por la espera
de ver un resultado, sin despojos,

de comicios. Que fuera
la esperanza, que en México el gran triunfo
de Claudia, presidente, se cumpliera.​

 

Fue un impactante triunfo,
pero no uno de rimas consonantes.
Hacer este terceto fue un destriunfo.​

 

¿Qué haré para que vuelva?
No sé a donde buscarlo al tan endino*.
Lanzaré algún conjuro que lo envuelva.
​

* «endino, endina» según el Diccionario de la lengua española: 1. adj. coloq. Indigno, perverso.​

 

Me acusan de vivir haciendo el vago
sin valorar mis últimos esfuerzos
que me hicieron pasar un día aciago.

 

¡Un pastel de cerezas!
aunque esté envenenado me lo como
tú siempre me recibes con sorpresas.

 

De rabia me retuerzo
si me miran el hígado está verde
en sazón con la bilis flota inmerso.

 

Es recuerdo que pierde
color, calor, lo inmenso del deseo
la angustia del ayer que aún me muerde.

Te busco y no te veo
y leo tus palabras que acarician
y el ansia me estremece y silabeo

poemas que malician
que incendian mis deseos más internos
que extrañan tus caricias que me envician

y caigo nuevamente en los infiernos
del frío de tu ausencia
extraño de tus besos los más tiernos.​

 

Que hagan o que deshagan
no lograrán que pierda la paciencia
fingiendo tal dulzor que me empalagan

Tal vez por su presencia
aburrimiento crónico padezca
… cocina y soluciona mi dolencia

 

Persistes en las heces
de tu pasado triste y de la calle.
Date cuenta que es cruel como envejeces.​

 

Has tenido el detalle
de brindar tu sonrisa cuando paso
no es casual que yo vaya por tu calle

 

Son de tus versos.

Aspiro los olores
de flores como aquellas que me diste
y vuelven a surgirme los amores.

No sé por qué te fuiste.
Amaba tu calor, son de tus versos,
que son ahora mi caricia, ¡viste!

​

 

Vínculos afectivos
nos ovillan muy firme en esta noche.
Son hilos de pasados emotivos.​

 

Encienden en los cuerpos la pasión
casi un sueño dolido que me asola
en esta fría tarde de ocasión

 

Cada mañana esperas, siempre sola
en aquella cabaña junto al mar
del firmamento miras venir la ola

 

Nuevo aliento.

El sueño de las olas
ir y venir y nunca abandonar.
Así las hijas no nos dejan solas.

Vienen cruzando el mar
y nos traen su risa y su contento
invitando a que aprenda su cantar.

Regalan su momento
y el regalo nos nutre de alegría
nos da felicidad y nuevo aliento.

​

 

A veces me domina la pereza,
la desgana controla mi existencia
y me siento rehén de la torpeza.

 

Yo soy de la creencia
por lo que hagas se debe compensar
es más sabio el perdón que la violencia