No me cuentes tu vida, cuéntame tu poesía

No me cuentes tu vida,
cuéntame tu poesía.

No me narres tus días,
olvida tus agonías.

No me digas palabras sin melodía;
quiero escuchar tu alma en armonía.

No me cuentes tu historia,
cuéntame tu filosofía.

No me hables de tus penas,
ya tengo las mías.

Háblame del amor que nunca
muere,
del sufrimiento y pasión que
sugiere.

Quiero escuchar el rio Bravo,
bajando furioso y ruidoso.

No me cuentes tu día,
tus quehaceres
mundanos y monotonía,
prefiero perderme en tus manos,
en tu voz, recitando poesía.

Las vidas son similares,
las poesías, singulares.

Cuenta, cuenta,
pero no me cuentes tu vida.

Cuéntame tu melancolía,
tu rabia, tu ironía.

Háblame de tus ideas
transgresoras,
de tu originalidad pura,
de tus manos azules y creadoras.
Pero no me cuentes tu vida.

Cuéntame tu fantasía
tus locuras y temores,
tus sueños imposibles
y tus olvidados rencores.

Háblame de tus invenciones
de tus originales creaciones,
tus locos pensamientos,
tus lágrimas y sentimientos.

Cuéntame tu poesía
y juntos construiremos
juntos diseñaremos
nuestra propia melodía.

Hablaremos de la llamada
del arte, de la brevedad
de la vida, de los sueños
vívidos por cumplir todavía.

Pero no me cuentes tu vida,
bastante tengo con la mía.

MJ Mondéjar
©

 

A fin de cuentas todo forma parte de la vida; pero te entiendo perfectamente. Tanto ombligo ajeno a veces da un poco de coraje. Supongo que la poesía es mucho más que un recitado de tareas, o de quejas, o de palabras al vuelo... Y si me cuentas tú vida, añadiría, "cuéntamelo todo y compártela con la mía".
Me gustó el poema, compañero.
Un saludote entre ríos.

 

Gracias Alde, por el comentario. Saludos

 

Gracias Alonso, por tus comentarios. Saludos.