Recuerdos olvidados.

Veo tu foto, y no me acuerdo de tantas cosas...

- De cómo, dónde y cuándo nos conocimos.
- Del primer beso... y el segundo,,, y hasta del tercero...
- Del día de nuestro aniversario... que jamás recordé,
..hasta que tú llorabas, y yo me arrepentía.
- De tu fecha de cumpleaños, que además, es la mía...
..(tremenda vergüenza, tú con tu regalo, y yo las manos vacías...)
- En fin, del primer regalo... y de todos...
- Y hasta el poema que te hizo llorar, en la despedida...

Pero no necesito ver tu foto,
ni memorizar un almanaque lleno de días,
para recordar por siempre,
que fuiste y serás, hasta el último instante,
el gran amor de mi vida...

Frank Calle (2/ sept/ 2024)

 

Estimado amigo, casi puedo asegurar que ya sabías que el poema iba en camino, pues lo acabo de subir.
Gracias, es muy bueno saber que por lo menos una persona, se va a interesar por lo que uno hace y comparte.
Un abrazo,

Frank
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Muy bonito.Besos desde Andalucía.

 

Buenas madrugadas, estimada Ana Fabiana, que bueno ver tu nombre, -no me canso de decírtelo- tu bello nombre, que sí que no se me olvida. Muy agradecido de que te intereses por mi obra. Un abrazo,

Frank
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Woow. plenamente identificado.
a veces (mi caso) tanto empeño en olvidar, en erradicar los recuerdos, que aun sucediendo queda ese tenue aroma de ellos,
Un placer leerte
Saludos

 

Mis saludos Ice, gracias por su apoyo. Uno escribe cosas sin saber a ciencia cierta si será de interés para los amantes de la poesía que habitan estos rincones. Acá hay un refrán que dice Apuntar para El Morro, y tirarle a La Cabaña. es como decir que vas a hacer una cosa, y luego haces otra diferente. Sucede que el Morro y la Cabaña, son dos fortalezas españolas, de la época colonial, en La Habana, que están a la entrada de la bahía, que es de bolsa Desde ahí cuidaban para proteger la ciudad, de los ataques de corsarios y piratas. En realidad el Morro se distingue por su faro, que todavía ilumina en las noches, la boca de la bahía. Y la Cabaña, queda a su derecha, mirando desde la orilla opuesta, no muy lejos, pero no tan cerca como para apuntar al Morro y darle el tiro a la Cabaña... De verdad que hay que tener malísima puntería.
Es ahí donde encaja el poema... Uno piensa y redacta pensando en un objetivo, pero nunca se sabe si le ha dado a La Cabaña...
Un cordial abrazo,

Frank.