Liras ligadas logran labrar los lúcidos locos

La relación simbiótica
nos dura lo que un flato entre las dedos.
Sé bien que poco erótica
es mi charla de pedos,
pues las liras cultivan otros credos.​

No me he levantado muy gentilhombre hoy. En fin...

 

No pienso en decepción
o formas de fracaso muy distantes.
Es una sinrazón
el viaje vacilante
en cienos de recuerdos detonantes.​

 

Hay muchos detonantes
del brutal estallido de mi enojo,
tienes formas brillantes
de enfadarme a tu antojo,
aunque sabes que luego me acongojo.


​

 

Al párpado un abrojo
lo perfora y te expone en el recuerdo.
Solo cerrando el ojo,
simplemente me pierdo
y te veo sabiendo no estar cuerdo.​

 

He quedado maltrecho
caminando y silbando tu canción,
un canto a los sin techo,
ni pan o comprensión,
de mundos de escasísima razón.​

 

Digo de corazón
que os deseo unas buenas navidades;
no abuséis del turrón,
y que Sus Majestades
traigan regalos y felicidades.​

 

En estas Navidades
extraño el Sol, la calidez austral.
Mi mar me da saudades,
y el brillo de su sal
me llega en un trineo de cristal.​

 

Me parece genial
esta lira que acabas de escribir
porque es muy personal,
y te quiero decir
que por saudades no debes sufrir.​

 

Sé que soy un fakir
que se clava el punzón de las memorias.
Hoy observo partir
las aves migratorias.
No piensan en derrotas o victorias.​

 

No ofrezcas resistencia
y déjate llevar por la corriente;
valida tu consciencia,
vive solo el presente
y verás que eso solo es suficiente​

 

En Valencia, insistente,
se oye siempre el tañer de cien campanas.
Es su canto renuente,
las norias cotidianas
que definen la vida en las mañanas.​

 

Habrá siempre un presente
confinado entre dos eternidades.
Es un punto la gente,
gas de irrealidades
entre tanto universo sin edades.​

 

Me mira cejijunto
-la vida no es eterna-, me lo ha dicho.
Entonces yo barrunto,
pues no lo he contradicho,
siempre quiere ganar este mal bicho.​

 

Conservo extraño nicho
donde entierro un recuerdo ya incoloro.
Con solo haberlo dicho,
lo baño en más decoro
al arrebol de fémina que lloro.​

 

Escucha mi rugido,
el último, que escupe un corazón
queriendo haber partido
hace mucho al rincón
donde deseca sangres la razón. ​

 

Tienes muy buen sazón
y todo lo que escribes es sabroso,
sea del corazón
y unas veces gracioso.
Yo disfruto tu verso, tan copioso.​

 

Un verso misterioso
se mira en el espejo mientras piensa:
"¿Creerán que soy soso,
vil o un cliché de prensa?"
Se lanza, sin medir su recompensa.​

 

Un pájaro al acecho
planea para ti su trino artero.
Si me robara el techo
y mi amor verdadero,
en sus alas se iriá el mundo entero.​

 

Desde un nido, sincopa
anuncios de verano un ruiseñor.
El álamo se arropa
de brillante verdor
y tú lo pintarás multicolor.​

 

Causa dulce tremor
recordar ese tiempo de ilusión.
Me causaba temor
ceder a tu pasión.
Tus arrestos, tus besos, la tensión.​

 

Da desvanecimientos
ver tus pasos febriles por las playas.
No tienes miramientos
con tu bikini a rayas
mientras con tus meneos me desmayas.​