Liras ligadas logran labrar los lúcidos locos

Primero es el motivo,
ya después viene el ritmo con su forma,
y si te pones vivo,
la letra se transforma
y un bello pensamiento se conforma.​

 

Dicen que la atahorma
es un ave rapaz que a pleno día,
como salvaje norma,
te come sin tutía.
Contágiate si puedes de esa tía.​

 

Sale el sol llega el día
insistes en que salga de la cama
no quiero todavía
el niño se encarama
sigo dormido y sueño que ella me ama

 

Se ha encendido la flama
de alguna cosa extraña en esta tarde.
Se sacude la cama,
la cosa está que arde,
mejor hacer silencio y poco alarde.​

 

Era de tarde en tarde
que esperábamos juntos el programa
y sin hacer alarde
seguíamos la trama
en radio de galena de gran gama.


​

 

Añoro la retama,
su madera en el horno de aquel pan,
el olor de su rama
seca, ardiendo en su afán
de hacernos olvidar que no es faisán.​

 

Me buscaré un galán
que me quite las penas de un plumazo
y que tenga un buen plan,
yo le daré un abrazo,
o si me sale rana, un escobazo.​

 

Herirse de un flechazo
es natural en épicas venustas;
si responde el rechazo
en labios de quien gustas
agradécele con las palabras justas. ​

 

No siempre han sido justas
del modo en que apreciamos nuestras vidas
es mejor si te ajustas
e injurias recibidas
solo sean lecciones aprendidas

 

Por noches repetidas
me paso cavilando en tus amores.
Son noches encendidas
que elevan mis calores,
mas no diré por qué causan rubores.​

 

La escala de valores
debe haberse escurrido por un caño
donde ciertos olores
a cuetionable amaño
destruyen la decencia y el redaño.​

 

Recuerdo año con año
a la nieve y los árboles desnudos
nunca me hicieron daño
esos inviernos crudos
nos libraban al menos de zancudos.​

 

Nos pintamos desnudos
en el fugaz recuerdo al encontrarnos,
y los años, tozudos,
insisten en vaciarnos
de prudencia y nos cuesta controlarnos.​

 

No podemos amarnos,
pues como Capuletos y Montescos,
debemos despreciarnos;
no seamos grotescos,
nos separan abismos gigantescos.
​

 

Cada día amanezco
con el sol invadiendo hasta la cama
a la vida me ofrezco
no me quito el piyama
prendo el televisor, que es de amplia gama.

 

"Si no llora, no mama",
nos reza un tétrico y dudoso adagio.
Si lloro en esta cama
y algo más que un presagio
me asalta, es que lo nuestro ha sido un plagio.​

 

Si interpreto el adagio
sin trasfondo, en sentido literal
no intuyo un buen presagio
considero que al mal
ponerle caras buenas es fatal.

 

Me parece ideal
ir contigo a la fiesta de tu tía,
así veré el rosal
que tanto me decía
que, de haber un concurso, ganaría.
​

 

Amor, yo te seguía
por esa tu sonrisa sandunguera
que me daba alegría,
y ahora aunque no quiera,
te sigo, pues sin ti, tal vez me muera.

​

 

Deseas que me muera
porque piensas que heredas mi fortuna
pues siéntate y espera
no me queda ninguna
ya todo lo gasté, iré a la Luna

 

Escribo tan solo una
lira, pero es de diario, siempre lo hago,
a veces con la luna
inicio y luego vago
siguiendo sus reflejos por el lago.

​

 

Un monstruo en Mar-a-lago,
naranja como el fuego del averno,
espera falso halago
de algún sirviente eterno
en el Congreso, que no le importa un cuerno.​

 

Big bang.

Tal vez nada es eterno
pues todo llega a un fin, luego renace.
Seguro no hay averno,
solo es cambio de fase.
La vida es que consiste en un traspase.

​

 

Hay una justa frase
para cada partida y cada beso.
No se trata de clase,
florituras o exceso
y al menos deberás salir ileso.​

 

Tuvo muy poco seso
chupar una semilla de aceituna
era su único exceso
y su única fortuna
de él nunca nadie tuvo queja alguna.

 

Gritar en la tribuna
para así criticar sudor ajeno
es una gran tontuna
mas confieso, es un cieno
que transité, comiendo su veneno.​

 

Mi sangre y su veneno
no vivirán más que mi propio ser.
Yo mismo me condeno
al abismo al saber
que un demonio soy y he de perecer.


Don Álvaro o La Fuerza del Sino, del Duque de Rivas​

 

Un demonio en un ser
detestable y de tono anaranjado
nos empieza a comer,
al no verse saciado
de dinero, de fama y de poder.​

 

Si querer es poder
podría levantarme en las mañanas
y suele suceder
si a llamarme te afanas
duermo y ronco con sol en las ventanas

 

No bajes las persianas
si me inspiro con otra serenata.
Apaleas con ganas,
cual si fuera piñata,
un pobre corazón que no es de lata.​