Dónde te fuiste?

Aun no aprendí a perderte
Te busco y no se encontrarte
Acaso no reconoces mi voz?
porqué no respondes?
Mis gritos
son los que rompen la noche
No te quedes ahí callado, respóndeme
Donde habitas no llegan mis manos
Un muro de fantasmas nos separa
El tiempo y la distancia
te cubren con un manto ocre de nostalgia
Pero sigo aquí como una estatua de sal inmaculada
anhelando
que vuelvas hacia mí tu mirada
Que me envíes el código
para descifrarte
y roces con tu aliento
el bosque encantado
en que vivo y muero
solo por ti
aquí estoy
donde cada objeto tiene tus huellas
buscándote en el lamento del viento
en el palpitar errante de mi sangre
en el aleteo de mis sueños
donde realidad y fantasía
se confunden
en vano te invoco
en nombre del amor
y no quiero ver que no estás
en el cristal roto de la lluvia
no quiero ver más el sol
ni rearmar mi corazón
tu eres mi herida letal
veneno que inunda mi ser
¡Mátame por piedad de una vez!

 

Precioso poema de amor que duele aunque se disfrute al leerlo. Me encantó, aunque en el último verso yo hubiera cambiado el "mátame' por un "mátate por piedad..." no más que por desaprender y volver a ver lucir el sol.
Un gran poema, Luna.