Detonador

El tiempo era de agua.
Fuiste un tantito de pez que se acercó a la orilla
y respiró la quemadura del astro.
Mejor la corriente que la luz inmóvil.
El fuego se quema,
el agua se ahoga.
Lo último fue dividir el aire, rebanarlo
en dosis de fantasma.
Deshacerte del humo, dragarte de la química
de las costras.
Aprenderte transparente,
dejar de respirarte.
Algo como un beso desprendido de tus labios,
pero atrapado en mi boca,
habla.
En la incineración de nuestros nombres
solo el silencio sobrevive
en la mímica de las manos.
Este vuelve se parece a tu mirada,
pero no a tus ojos, menos a tus lágrimas.
El agua se ahoga,
el fuego se quema.
Y sí: hasta el tiempo se acaba.

14 de marzo de 2025​

 

Todo se apaga, se acaba... Hermoso, enigmático pero evidente. Las metáforas gritan su silencio. Un placer leerte.

 

Que gusto poder dejar mi huella en tus letras mi querido amigo,
besitos chingones desde Madrid, España ya sabes sigo dando lata por estos rumbos,

 

Y el olvido se olvida de olvidar, parece...

No sé, no sé... yo venía a hacerte bulin pero hoy tengo el cora de pollito; mejor te dejo un abrazo y un chanclazo, obvio, pa no perder la costumbre.

 

Apoyando el chanclazo de Medusa. Debo decir que, encontré una melosería en tus líneas, como saborear a bocados un postre, esa fue la sensación de tus letras a quién sabe qué individua ja, ja, ja. En serio, amigo, respetuosamente, eso sentí en tu fina pluma. Grato leerte.

 

"Este vuelve se parece a tu mirada, pero no a tus ojos"
Bueno, qué te digo.
Un abrazo, Pedro.