Odio mi corrector

Odio mi corrector. Esa manía
de cambiar las palabras a su antojo,
es causa de vergüenza y de sonrojo
y escribe lo que yo nunca diría.

Quiere acabar conmigo, qué ironía,
me desata los nervios y me enojo
en lugar de parar y echar un ojo,
pues sé que con paciencia bastaría.

Pero la prisa descontrola el tacto,
─compulsiva y ansiosa en mi tecleo─
apenas sin mirar, doy en el acto
la orden de enviar, y no lo leo.

Quizás mi corrector se ha sublevado
y en vez de corregir me la ha jurado.


​

 

Sí, para mí que te la ha jurado.
Y es que en estos tiempos de frivolidad y desencanto donde las ideologías se nos figuran como algo del Pleistoceno, lo más subversivo que va quedando son los correctores.
Un abrazo para vos y un gracias por
hacernos partícipes de tu talento.

 

Te entiendo. Mi corrector me ha llegado hasta avergonzar. Un beso, Eratalia.

 

Somos varios y luego tener que dar explicaciones que nadie cree. Muy bueno, Eratalia.

 

Muy buenos tus versos, Eratalia.
Con respecto al corrector, te recomiendo desactivarlo.
Yo no escribo ni "mi mamá me mima" en un dispositivo sin antes desactivar la corrección automática.
Y darle "enter" sin revisar... ¡Pecado capital! Jaja.

Un cordial saludo desde el otro lado del mar.
Lisandro

 

Sí, estoy absolutamente de acuerdo. Y un poco culpa nuestra por no repasar antes de dar a enviar, que es lo que suele suceder.
Gracias.

 

Sí, querida. Te la tengo jurada. Es que das tan pocos resquicios, que solo puedo aprovechar tu juvenil atolondramiento para confundirte. Menuda tarea me ha tocado, la de soprenderte en un desliz. Me consuela ver que no me matas.

abrazo

 

Jajaja. Qué difícil manejarlo, y a veces por usar un móvil se envía una palabra corregida que nada tiene que ver con lo que queremos escribir.
Un abrazo.

 

¡Pero qué requeteamable eres!
Me quedo con el cumplido y te devuelvo el abrazo. Gracias.

 

Si hablo con conocimiento de causa.
Es mal de muchos.
¡Guerra al corrector!

Un abrazo para ti.

 

Así mismo es, May, si es que yo me paso el rato diciendo. -¡GRRRR, volvió a meter la pata!
Gracias por pasar.
Abrazos.

 

Gracias Lisandro, me llega el saludo húmedo de brisa marina.
Sí que es pecado, sí, pero el ansia viva es la que hace que no nos paremos a comprobar si el ladino ha hecho de las suyas.
Saludos.

 

El atolondramiento debe ser lo único que tengo de juvenil. Y no disimules, que tu tarea es sencilla y te encanta.
Te perdono la vida.
Abrazo.

 

Celebro que todos me entendáis, me siento arropada en mis frustraciones correctoras.
Gracias.
Saludos, Ángel.