¿Por qué me gustas, Nostalgia?

Es la brasa del mezquite
un quemar en mis adentros,
recuerdos que mi pecho palpite
menguarán por los reencuentros.

La nostalgia devora hambre
y la apatía quema soles,
tejeré sueños con estambre
que guiarán los girasoles.

Ahora sólo estoy solo,
el silencio camela mis diluvios,
crepitan momentos que añoro
debajo de mis fotos y disturbios.

Escucho las risas que grité
mientras estrujo mi sombra
y le susurro un "volveré"
aunque sea por las sobras.

¡Y es que es el anhelo del pasado
un gélido suspiro convocado
por flemáticos sollozos armoniosos
que suplican al ayer muy decorosos!

¡Es el anhelo del pasado
un remitente sin destinatario
cuya felicidad es lo vivido
y su pesar jamás revivirlo!

Es ese deseo pasivo
tal vez malo, tal vez bueno,
tal vez sacro, tal vez necio;
en la garganta... abrasivo.

¿Será un beso tibio?
Creo en el canto de los lirios.
¿Será un viento que va y viene?
Cuando lo siento, no me concierne.

La tristeza por aquello perdido
toma la mano del alegre recuerdo
y caminan juntos por un sendero
cuya belleza nos deja aturdidos.

 

Si eliges a la nostalgia tienes todo el derecho de engalanarla. Un saludo, Alfonso.

 

Este poema refleja la lucha interna entre la nostalgia y la aceptación del pasado, explorando cómo los recuerdos y el anhelo por lo perdido pueden ser tanto un consuelo como una carga emocional. La dualidad entre tristeza y belleza se entrelaza en un viaje introspectivo.


Buen poema gracias por compartirlo

Saludos cordiales

 

Saludos, Vampiro adolescente con suerte
Agradezco su visita

 

Así es, mi estimado Alde Al menos, en lo personal, cuando la nostalgia me visita, siento una tristeza que me gusta, realmente es difícil de explicar.

 

Buenas tardes, Rosa Reeder
Agradezco su visita y su acertada reflexión sobre el escrito. Nostalgia... a fin de cuentas, un sentimiento profundo y difícil de entender.