La comodidad hace nido

Divididos, como cauces destinados,
al amargor de una laguna inmensa e inerte,

lavados los pecados,
vemos como el cielo condena,

a los agraciados de su libertad,
la estela de la prosperidad es ilusoria,

encadenan horizontes,
a un ancla que es presente,

presencias impolutas,
caen desde un cielo compungido,

¿serán mis ideales cobijo,
cuando sus eternidades toquen nuestros suelos?,

¿comprenderemos sus anhelos?,
entre gélidas percepciones,

la comodidad hace nido en la finitud,
para nunca volver a caminar.

 

Como siempre excelente,

Este poema parece explorar la sensación de división y estancamiento, la percepción de que la libertad y la prosperidad son ilusorias, y la resignación ante un presente limitante. La conclusión se encuentra en las últimas líneas:

"entre gélidas percepciones,
la comodidad hace nido en la finitud,
para nunca volver a caminar."

Aquí, el poema sugiere que, a pesar de las "gélidas percepciones" (posiblemente refiriéndose a la frialdad de la realidad o la falta de empatía), la comodidad se instala en la finitud (la limitación de la vida o de las circunstancias). Esta comodidad, paradójicamente, lleva a la inmovilidad, a la renuncia a seguir avanzando o buscando algo más ("para nunca volver a caminar").

En esencia, la conclusión es que la conformidad con la limitación y la finitud conduce a una parálisis, a la renuncia a la búsqueda de la libertad o la prosperidad que se perciben como inalcanzables o ilusorias. Es una conclusión que resalta la trampa de la comodidad en medio de un panorama desalentador.

Saludos cordiales