Las luces se cansarán

Vislumbramos más allá de todo límite,
donde los cielos piensan,
donde la honestidad se materializa,

contemplamos horizontes aún más inmensos,
nadie abarca sus comienzos,
ni sus posibles finales,

en nuestra mente,
la creencia de un infinito se gesta,

las vivencias se cubren por espanto,
porque nadie desea permanecer en el fuego,

degradaciones eternas,
la idea de sostenernos, es caída,

la huida de los días,
son permanentes noches,

y las luces nos dirán adiós,
cuando la oscuridad ahogue,

las luces cederán,
y nada nunca
podrá apreciarse una vez más.

 

Este poema explora los confines del pensamiento humano y su encuentro con lo infinito, donde la contemplación se mezcla con el temor. Nos habla de una aspiración elevada —ver más allá, comprender— pero también del peso de esa búsqueda: el miedo al dolor eterno, la fragilidad de sostenernos en un mundo que se disuelve en sombras. La conclusión es sombría: cuando la luz se rinde, ya nada puede ser comprendido ni apreciado. Es un llamado profundo a reconocer nuestra finitud frente al misterio, y a la vez una advertencia sobre lo que puede perderse cuando la oscuridad prevalece.

Saludos cordiales