Muerte, soy

Mil,
muertos,
no calman,
el hambre cruel,
de mis viles pesares,
cruentos suelos, marcan,
cielos e infiernos, colapsados,
fluirán nuevas verdades,
hacia umbrales vivos,
sentirán clamores,
eternos astros,
dominarán,
altos horizontes,
donde la cordura marque,
profusas sapiencias,
profundo valor,
muerte,
soy.

 

Creas una experiencia simbólica y fragmentaria, con tono nihilista, según mi perspectiva.

 

En medio del dolor y la muerte, surge una reafirmación de la existencia y la identidad. Aunque el sufrimiento parece infinito, la búsqueda de verdad, sabiduría y valor nos impulsa a avanzar hacia horizontes donde la conciencia y la vida se renuevan. La muerte, aunque presente, no define nuestro ser, sino que nos invita a comprender que en la profundidad de nuestro ser reside una fuerza eterna que trasciende el sufrimiento.

Saludos cordiales