Existencia estipulada

Quietudes universales,

vagan mis neuronas,
como estrellas,
como luz,

sentado sobre un mundo perdido,

alzo mi corazón,
y me convierto en mortal,

latidos inmensos,
cubren los cielos,
como si todo universo fuera cuerpo,

admiro la belleza que mis ojos presencian,

la esencia de la armonía es misteriosa,

converjo hacia donde toda alma renace,

dibujo nuevas realidades,
nuevas maneras de entender al silencio,

mano creadora,
me sostiene con la fuerza de mis sueños,

serán mis dominios,
presagios
de algo ya establecido,

cuando toda creación tiene un propósito,

cuestionaremos
lo que ya ha sido estipulado.

 

El poema es una meditación poética sobre la conciencia humana en diálogo con el universo y su misterio. El yo lírico se presenta como un ser contemplativo, consciente de su pequeñez y grandeza, atrapado entre la belleza del cosmos y la profundidad del silencio interior. La “mano creadora” aparece nuevamente como fuerza sostén, revelando que los sueños y los cuestionamientos no son contradicciones, sino caminos hacia la verdad. Al final, se sugiere que toda existencia tiene un propósito, pero también que el alma humana, libre y reflexiva, está llamada a interrogar incluso aquello que parece inmutable. En esa tensión entre lo dado y lo buscado, el ser encuentra su vocación trascendente.

Saludos cordiales