Tuve un sueño

Tuve un sueño silencioso,
caído, como llanto sordo,

tuve un sueño seguido,
unido entre lamentos,

un sueño en el que mis miedos
significaban mucho más que un horror,

una realidad,

tuve un sueño único,
de un temor que tendré que enfrentar,

en él me encontraba perdido,
siguiendo cada sendero,
pisando confundido,
las circunstancias más crueles
que mi consciencia pudo haber idealizado,

tuve un sueño largo,
corto siempre,
cuando la amargura pasa,

pero igual de fuerte como mis anhelos,

serán deseos invertidos,

tuve un sueño que me hizo ver,

mi vida cuando muero,

mi muerte cuando aún vivo,

tuve un sueño,

que me habló mientras en él moría,

he aprendido
a levantarme una vez más,

con su advertencia en mi pecho.

 

El poema refleja una experiencia onírica cargada de simbolismo, donde el sueño se convierte en un espejo de los temores más profundos y de la conciencia existencial. A través del sufrimiento y la confusión, el hablante descubre verdades dolorosas sobre la vida, la muerte y su propio ser. Sin embargo, ese mismo sueño, oscuro pero revelador, ofrece una enseñanza: incluso desde la angustia más silenciosa se puede emerger con fuerza renovada. El poema concluye como un acto de transformación interior, en el que el miedo deja de ser parálisis para convertirse en impulso vital.

Saludos cordiales