Mi hermana

Fui príncipe en un castillo,
¡donde todo era tan aburrido!
Hasta que un día, por la mañana,
correteando alegre por el pasillo,
me avisaron que había nacido mi hermana.

Lo único importante era jugar.
Crecimos entre risas y tormentas,
peleas que hoy no consigo recordar,
tampoco recuerdo que alguna vez nos cerráramos las puertas.

Eras quien a la tranquilidad agotaba,
imposible encontrar un lugar donde estar solo.
También eras quien a las sombras espantaba,
pero hay tormentas que lo arrasan todo.

Ni unidos ni separados,
pero sigo sintiendo que estás en la habitación de enfrente.
Qué suerte tengo de que seamos hermanos
y que sigamos cercanos pese a lo distante.

Lejos del castillo, ya con cuarenta,
me acostumbré a no expresar lo que siento.
Pero con tanta tormenta surgió alguna grieta,
en la que confío que puedas ver cuánto te quiero.